MADRID, 29 Jul. (EUROPA PRESS) -
Las fuerzas israelíes perpetraron crímenes de guerra como represalia a la captura de un soldado israelí el pasado 1 de agosto de 2014, en lo que se conoce como "Viernes Negro", según un informe publicado este miércoles por Amnistía Internacional (AI) y Forensic Architecture.
Los resultados muestran que tras la captura del teniente Hadar Goldin, el Ejército israelí atacó distritos enteros de la ciudad de Rafá, en la Franja de Gaza, incluidas zonas residenciales densamente pobladas, sin diferenciar entre objetivos civiles y militares. La investigación demuestra que se atacaron reiteradamente ambulancias y hospitales, contraviniendo el derecho internacional humanitario. El informe explica que tras la captura de Goldin se anunció un alto el fuego, por lo que muchos civiles regresaron a sus hogares, y que el bombardeo de ese día tuvo lugar sin advertencia previa.
"Hay convincentes indicios de que las fuerzas israelíes cometieron crímenes de guerra en el bombardeo implacable y masivo que efectuaron sobre zonas residenciales de Rafá", ha señalado el director del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de AI, Philip Luther". Parece que, tras la captura del teniente Hadar Goldin, las fuerzas israelíes dejaron a un lado las normas y atacaron sin ningún miramiento, con consecuencias fatales para la población civil", ha añadido.
Según el informe, El Ejército israelí se acogió a la directriz secreta "Hannibal", por la cual está autorizado llevar a cabo los ataques que sean necesarios como respuesta a la captura de un soldado, aunque pongan en peligro la vida de civiles o del propio soldado. Amnistía Internacional ha criticado que al menos 135 civiles, entre ellos 75 niños, murieron en los bombardeos del 1 de agosto de 2014 con "el único fin de impedir la captura de un soldado vivo".
'Viernes Negro': Matanza en Rafá durante el conflicto de Israel y Gaza de 2014' se ha realizado con base a un gran cantidad de imágenes de satélites, fotografías, vídeos de diversas fuentes y testimonios de testigos que presenciaron los hechos. Los investigadores aseguran que se lanzaron dos bombas de una tonelada --las más grandes del arsenal de las fuerzas aéreas israelíes-- sobre un edificio al tiempo que decenas de personas pasaban por los alrededores, lo que han calificado como un "ataque manifiestamente desproporcionado".
La organización ha denunciado que se hizo "totalmente caso omiso" de la obligación de tomar precauciones para evitar la pérdida de vidas civiles. Asimsimo, ha recordado que, un año después del conflicto, las autoridades israelíes aún no han realizado investigaciones creíbles, independientes e imparciales sobre las violaciones que se cometieron. "Las víctimas y sus familias tienen derecho a justicia y reparación. Y quienes hayan ordenado o cometido presuntamente crímenes de guerra deben ser procesados", ha concluido Luther.