El M23 rechaza las acusaciones y alerta de un posible "genocidio" por parte de RDC en Masisi
MADRID, 2 (EUROPA PRESS)
Las Fuerzas Armadas de República Democrática del Congo (RDC) han denunciado que al menos 50 civiles murieron el pasado martes a manos del grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) en Rutshuru, en el este del país y han apuntado a una violación del alto al fuego por parte del "Ejército ruandés y sus auxiliares".
Así, ha acusado al Ejército de Ruanda y al M23 de estar llevando a cabo "masacres de civiles inocentes e indefensos" en la ciudad de Rutshuru, en la provincia de Kivu Norte, antes de agregar que otros civiles se encuentran en paradero desconocido o han sido secuestrados por "la horda de terroristas" del M23 "con la bendición del Ejército ruandés".
Asimismo, ha anunciado que durante la jornada de este jueves el M23 y las Fuerzas Armadas de Ruanda han atacado sus posiciones en Kalima, en el este del país y cerca de la frontera con Ruanda.
"Las Fuerzas Armadas de RDC informan a la opinión nacional e internacional de que (...) el Ejército ruandés y sus partidarios de los terroristas del M23 atacaron, el jueves 1 de diciembre, las posiciones de las FARDC del Regimiento de Infantería en Kalima", esgrime.
"Esta ofensiva lanzada por las Fuerzas de Defensa ruandesas es una clara demostración de las intenciones belicosas del Gobierno de Kigali, que está decidido a sabotear las decisiones de los jefes de Estado de la subregión, así como las iniciativas de la Unión Africana (UA), los estados de África Oriental y la comunidad internacional para el retorno de la paz y la seguridad en la parte oriental de la RDC", ha añadido.
En este sentido, RDC ha sostenido que no se ha observado ninguna retirada de las fuerzas ruandesas y de "los terroristas" del M23, sino que más bien se ha producido un refuerzo de las tropas.
"Ante esta situación, las FARDC están obligadas a responder a todos los ataques y a hacer todo lo posible para proteger a la población congoleña de la barbarie del ejército ruandés que trabaja bajo la etiqueta de los terroristas del M23", ha explicado, al tiempo que ha subrayado su disposición a "respetar las resoluciones" a la que llegaron ambas partes.
Por su parte, el portavoz del M23, Lawrence Kanyuka, ha indicado en un comunicado que las acusaciones de Kinshasa son "infundadas" y ha resaltado que "el M23 nunca ha atacado a poblaciones civiles". "El M23 alerta del genocidio en curso en Masisi y pide a la comunidad internacional y a Naciones Unidas que investigue de forma exhaustiva", ha subrayado.
En este sentido, ha alertado de "una campaña, especialmente por parte de aquellos que no quieren la paz, para dañar la imagen (del M23) y su buena relación con la población civil bajo su control, por lo que se pide una investigación independiente rápidamente".
"El M23 reitera su compromiso con el inicio de un diálogo directo con el Gobierno de RDC y cree que es la única forma de resolver pacíficamente el conflicto en el este de RDC", ha zanjado Kanyuka en su comunicado, publicado por el grupo a través de su cuenta en la red social Twitter.
En el marco de una cumbre en la capital de Angola, Luanda, para avanzar en la normalización de las relaciones diplomáticas, RDC y Ruanda acordaron el alto el fuego el pasado viernes, así como una retirada de M23 de las zonas recientemente conquistadas en la provincia.
La nueva ronda de conversaciones en la capital de Kenia, Nairobi, que arrancó el lunes, tiene lugar después de que el grupo rebelde afirmara que acepta en principio el acuerdo para un cese de hostilidades en la provincia de Kivu Norte, aunque avisó de que se reserva cualquier derecho a responder a cualquier ataque.
KINSHASA RESPONDE A LAS CRÍTICAS DE KAGAME
Por otra parte, el Gobierno de RDC ha respondido a las acusaciones vertidas el miércoles por el presidente ruandés, Paul Kagame, que acusó a su homólogo congoleño, Félix Tshisekedi, de azuzar la crisis de seguridad para aplazar las elecciones previstas en 2023.
El portavoz del Ejecutivo congoleño, Patrick Muyaya, ha dicho que el mandatario ruandés "no tiene capacidad para hacer comentarios sobre las elecciones en RDC" y ha añadido que "antes de hablar de elecciones hay que hablar de libertad de expresión", tal y como ha recogido el portal congoleño de noticias Politico.
¿"Hay libertad de expresión en Ruanda? También hay que hablar de liberad de manifestación. ¿Existe en Ruanda? En tercer lugar, ¿cómo llegó al poder?", se ha preguntado. Kagame llegó al poder tras liderar la resistencia del Frente Patriótico Ruandés (FPR) contra extremistas hutus responsables del genocidio de 1994.
Así, ha apuntado a "un referéndum que tuvo lugar, creo que en 2015, donde el 99,1 por ciento aprobó la presidencia vitalicia para asegurarse estar en el poder hasta 2034". "Es mejor que mire lo que está pasando en su casa, si los ruandeses se pueden expresar, manifestarse y si pueden apoyar a cualquier oposición", ha manifestado.
Muyaya ha dicho que "es la voluntad permanente de garantizar que RDC es frágil lo que le guía (a Kagame)". "Sabemos que es particularmente cercano a ciertos políticos para asegurarse de que en 2023 haya personas a su disposición para continuar su política de venta y saqueo", ha zanjado.
Kagame afirmó el miércoles que el conflicto entre RDC y el M23 "se solucionaría fácilmente si no hubiera un país que se dirige a celebrar elecciones el año que viene y no estuviera intentando crear una emergencia para que sean aplazadas".
Asimismo, pidió esfuerzos colectivos para solucionar la amenaza de seguridad que supone el grupo armado Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR) --integradas por extremistas hutu, algunos responsables del genocidio de Ruanda-- y rechazó que se acuse del problema únicamente a Ruanda. "Es desafortunado que se haya convertido en algo conveniente que todos los problemas recaigan sobre los hombros de Ruanda. Siempre somos los culpables", dijo.
"Estoy empezando a creer algo en lo que nunca creí. Ha pasado tanto tiempo que no puedo evitarlo. Alguien, en algún lugar, desea que este problema exista para siempre porque hay muchas cosas en juego", advirtió, antes de criticar la "narrativa desde 1994" sobre que "responsables y víctimas (del genocidio) son lo mismo".