NAIPYIDÓ, 25 Ago. (Reuters/EP) -
El poderoso comandante del Ejército de Birmania, Min Aung Hlaing, ha reiterado este martes que las Fuerzas Armadas respetarán el resultado de las elecciones del 8 de noviembre, consideradas una prueba crucial para el proceso de reforma del país.
Min ha asegurado que la principal preocupación de las Fuerzas Armadas, conocidas como 'Tatmadaw', es que los comicios se desarrollen de forma justa y que el resultado sea respetado por todo el mundo, incluso si gana la Liga Nacional para la Democracia (LND) de Aung San Suu Kyi.
"No nos importa que la LND gane las próximas elecciones generales, mientras que sean libres y justas", ha explicado este martes el general al Consejo de Prensa de Birmania. "Aprobaremos y apoyaremos los resultados anunciados por la Comisión Electoral de la Unión", ha añadido.
Las últimas elecciones de Birmania se han visto perjudicadas por la interferencia militar. En 1990, la LND ganó con una arrolladora mayoría, pero las elecciones no fueron reconocidas por el Ejército. Los comicios de 2010 se consideraron ampliamente manipulados y fueron boicoteados por la LND.
Las Fuerzas Armadas de Birmania cedieron el poder a un Gobierno casi civil en 2011, finalizando con 49 años de mandato militar, pero el Ejército todavía se posiciona como un gran poder en la arena política del país.
Una cuarte parte de todos los escaños del Parlamento están reservados para oficiales militares no electos. Para cambiar la Constitución de Birmania redactada en 2008 por el Ejército se requiere al menos el 75 por ciento del apoyo de los diputados, lo que supone que los militares tengan poder de veto sobre los cambios a la Carta Magna. Los esfuerzos por disminuir este poder fracasaron en junio.
Min ha afirmado que el Ejército dará un paso atrás en su política cuando sea "el momento apropiado". "Cambiaré cuando prevalezca la paz, la estabilidad y la tranquilidad en el país", ha destacado.
DIVISIÓN EN EL PARTIDO GOBERNANTE
El Partido Unión, Solidaridad y Desarrollo (USDP, en sus siglas en inglés), la formación gobernante que está formada por un gran número de antiguos mandos castrenses, vivió una importante reorganización a principios de este mes, cuando el líder del partido, Shwe Mann, fue destituido por el presidente, Thein Sein.
Min se ha negado a comentar la decisión argumentando que son asuntos internos del partido, pero ha dicho que la brecha en el partido podría ser dañina para los ciudadanos.
"Viéndolo desde el punto de vista de las Fuerzas Armadas, no es bueno para el país que haya una división en el principal partido del país", ha declarado, añadiendo que "es a las personas a quienes normalmente les afecta, como ya ha experimentado el país en el pasado".