Actualizado: viernes, 2 septiembre 2016 17:51

LIBREVILLE 2 Sep. (Reuters/EP) -

El Ejército ha salido a la calle este viernes en la capital de Gabón, Libreville, y la población civil se ha apresurado a comprar provisiones y a evaluar los daños causados tras dos días de protestas alentadas por el supuesto amaño de las elecciones presidenciales celebradas el pasado domingo.

Los enfrentamientos del jueves entre las fuerzas de seguridad y los simpatizantes del derrotado líder opositor, Jean Ping, se saldaron con tres muertos y 1.100 arrestos, según ha asegurado el ministro de Interior.

La comisión electoral del país declaró al presidente, Alí Bongo, ganador de las elecciones por un corto margen de 1,6 puntos, lo que permitirá que su familia siga en el Gobierno tras casi medio siglo de mandato de su padre, Omar Bongo. Los simpatizantes de Ping han acusado a Bongo de haber amañado los resultados.

Los manifestantes llegaron a prender fuego al Parlamento antes incluso de que se anunciara el resultado y más tarde muchas tiendas y supermercados fueron saqueados en Libreville. La violencia también se desató en otras ciudades y provincias, según ha asegurado el ministro de Interior.

"INTERVENCIÓN IRRESPETUOSA"

Tanto Francia como Estados Unidos y la Unión Europea han urgido a las autoridades a que se haga pública la información de los centros de votación para así lograr una mayor transparencia, algo que el portavoz de Bongo ha negado que vaya a producirse.

Los aliados de Bongo, cuya familia siempre ha mantenido buenas relaciones con varios presidentes franceses, han expresado su enfado por un comunicado emitido por el Partido Socialista Francés en el que declara que los primeros resultados situaban a Ping como ganador.

"Somos aliados de África pero no queremos intervenir en las cuestiones internas de los países. Eso sería muy irrespetuoso con los africanos porque no nos lo piden", ha asegurado el ministro de Exteriores francés, Jean-Marc Ayrault, en una entrevista concedida este viernes.

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