BRUSELAS, 30 Ago. (EUROPA PRESS) -
La designación del primer ministro polaco, el conservador Donald Tusk, de 57 años, como sustituto de Herman Van Rompuy al frente del Consejo Europeo aumenta el poder de Polonia y de los países del este dentro de la UE, y refuerza así la línea dura contra Rusia en plena crisis en Ucrania.
Como presidente del Consejo Europeo, la principal tarea de Tusk será buscar acuerdos entre los jefes de Estado y de Gobierno de los 28 en materia de economía y política internacional. Su principal hándicap es que no habla inglés ni francés, sólo alemán.
Tusk es el fundador y líder del partido Plataforma Cívica (de centroderecha) y dirige el Gobierno polaco desde 2007. Nació en la ciudad de Gdansk, en cuya universidad se graduó en historia. Allí fue uno de los fundadores del comité de estudiantes del sindicato Solidaridad, que jugó un papel fundamental en la caída del régimen comunista.
Se trata de la primera vez que un político del este ocupa uno de los altos cargos de la UE. Desde el inicio de la crisis en Ucrania, Polonia ha liderado junto a los países bálticos el bando que apuesta por endurecer la postura de la UE frente a Rusia, en contraste con países como Alemania, Italia o España que se han resistido hasta el último momento a las sanciones.