CARACAS, 29 Jul. (Reuters/EP) -
Funcionarios de empresas públicas venezolanas como Petroleos de Venezuela SA (PDVSA) o el Metro de Caracas han denunciado que están siendo objeto de presiones y amenazas para votar en las elecciones de mañana a la Asamblea Constituyente que ha convocado el presidente, Nicolás Maduro, y que la oposición considera inconstitucionales.
Según entrevistas de Reuters a más de una veintena de empleados, los funcionarios han llegado a ser amenazados con el despido si no acudían a votar en unos comicios para una institución a la que se oponen, según las encuestas que baraja la agencia de noticias, un 70 por ciento de los venezolanos.
De acuerdo con un memorándum interno de PDVSA, su vicepresidente, Nelson Ferrer, avisa que "cualquier gerente, superintendente o supervisor que intente bloquear el voto, que no vote, o cuya plantilla no vote, deberá abandonar el trabajo el próximo lunes". En otra reunión política de la compañía, un representante -- vestido con la tradicional camisa roja que distingue a los simpatizantes y miembros del Partido Socialista de Maduro -- advierte a los trabajadores que si no votan serán despedidos.
"No estamos de broma", amenaza este representante, en un acto de presión que se suma a otros como el acoso por mensajes de texto, llamadas telefónicas o reuniones políticas de asistencia obligatoria en horas de trabajo.
"He visto ríos de lágrimas porque la gente no sabe qué hacer. Hay muchísimo miedo", ha declarado a Reuters un empleado de PDVSA bajo condición de anonimato. Ni el Ministerio de Información de Venezuela ni la propia petrolera han querido hacer comentarios.
Algunos de los empleados han decidido ignorar las llamadas y quedarse en sus casas el domingo con la esperanza de que sus jefes no les despidan. Otros dicen contar con información comprometedora de sus empresas que pretenden usar para evitar un posible despido. Otros sí se han declarado abiertamente en contra de Maduro.
"Estamos cansados de trabajar y trabajar para no ahorrar nada. No podemos reparar nuestros coches, ni arreglar nuestras casas, ni desde luego tomarnos unas vacaciones", ha lamentado un director de una escuela pública de Caracas. "Estoy listo para asumir las consecuencias".