NUEVA YORK, 1 Ago. (Reuters/EP) -
El magnate estadounidense Donald Trump ha emprendido una carrera hacia la Casa Blanca marcada por la polémica y por discursos en los que no ha dudado en criticar la inmigración. Sin embargo, sus propias empresas han solicitado en los últimos 15 años al menos 1.100 visados temporales para contratar a trabajadores extranjeros.
Así lo recogen los datos del Departamento de Trabajo consultados en la agencia Reuters, según los cuales las autoridades norteamericanas concedieron la mayoría de los visados solicitados por el conglomeraro empresarial de Trump.
El resort de Florida Mar-aLago Club es la firma más activa de las nueve que figuran en los registros, con 787 solicitudes desde el año 2006. Sólo este mes, ha pedido poder contratar a 70 extranjeros como cocineros, camareros o personal de limpieza.
La nómina de perfiles contratados en los últimos 15 años incluye también a 250 modelos requeridos por las firmas Trump Model Management y Trump Management Group LLC.
La campaña electoral del precandidato republicano no ha querido entrar a valorar esta información del Departamento de Trabajo, que no especifica la nacionalidad de los trabajadores buscados por las distintas compañías.
Se da la circunstancia de que uno de los formularios más presentados por las compañías del magnate, el H-2B, tiene en México a la mayor parte de sus beneficiarios --el 80 por ciento en 2013--. Este modelo obliga a las empresas a demostrar que ofrecen trabajos temporales y que no han encontrado a estadounidenses dispuestos para ocuparlos.
"Cuando México envía a su gente, no nos envían lo mejor", llegó a decir Trump, en uno de sus discursos más polémicos desde que entró en las primarias del Partido Repúblicano. "Nos traen drogas. Nos traen crimen. Son violadores", advirtió, para enfado de las autoridades del país vecino.
La oficina del Inspector General del Departamento de Trabajo advirtió en 2003 de los "abusos" que se estarían cometiendo a través de los programas de visado H-2B y H-2A, que no sólo "podrían causar daño económico a los trabajadores y empresas de Estados Unidos", sino también "explotación" de extranjeros o "riesgos de seguridad" en caso de fraude.