TRÍPOLI, 28 Feb. (Reuters/EP) -
Una enfermera filipina retenida por el grupo yihadista Estado Islámico en la localidad libia de Sirte ha asegurado este lunes que tanto ella como otras compañeras fueron obligadas a atender a milicianos y a darles formación sanitaria.
La enfermera es parte de un grupo de siete mujeres, un hombre y un bebé que serán repatriadas a Filipinas tras ser liberados el año pasado tras la toma de Sirte.
"Cuando descubrieron que éramos musulmanes nos liberaron, pero bajo la condición estricta de que trabajáramos como enfermeras en su hospital, y tuvimos que entrenarles en tratamiento de emergencia y enfermería", ha dicho.
"Fue una etapa horrible. Vivíamos con miedo todos los días. No sabíamos lo que iba a pasar después. Amenazaron con matarnos si nos íbamos de Sirte", ha relatado.
El personal sanitario filipino trabajaba en el principal hospital de Sirte, donde Estado Islámico llevaba a sus milicianos heridos hasta que fueron expulsados de la ciudad en diciembre de 2016.
Estado Islámico se hizo con pleno control de Sirte a principios de 2015 y consiguió expandirse por una franja de 250 kilómetros de la costa central de Libia, escasamente poblada, antes de que las fuerzas locales lanzaran su ofensiva en mayo.
El 6 de diciembre, el Ejército libio puso fin a los enfrentamientos para recuperar Sirte, al tomar los últimos edificios que servían de reducto para los milicianos de Estado Islámico en la localidad, culminando así una batalla que comenzó en mayo y contó con el apoyo aéreo de Estados Unidos.