SANTIAGO DE CHILE, 11 EUROPA PRESS
El enfrentamiento que escenificaron ayer el Rey Don Juan Carlos y el presidente venezolano, Hugo Chávez, dio al traste con la XVII Cumbre Iberoamericana, curiosamente la primera de la historia en la que los líderes sellaron un acuerdo tan concreto como el convenio de seguridad social iberoamericano, que afectará a cinco millones de ciudadanos.
El comportamiento de Chávez en la segunda sesión plenaria de la Cumbre enfadó visiblemente al Rey, quien le espetó --en un gesto público sin precedentes-- un "¿por qué no te callas?", cuando el presidente venezolano intentaba interrumpir al jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, mientras intervenía pidiendo "respeto" para el ex jefe del Gobierno español José María Aznar, a quien Chávez acababa de llamar de nuevo "fascista" y acusaba de ser menos humano que "un tigre o una serpiente".
Chávez ya provocó antes de ayer el malestar de la delegación española cuando en la primera sesión plenaria llamó "fascista" al ex presidente del Gobierno, José María Aznar, y arremetió contra la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), quien, junto a todas las organizaciones empresariales iberoamericanas, denunciaron en vísperas de la Cumbre la falta de seguridad jurídica en Venezuela, Bolivia y Ecuador.
Su comportamiento motivó que el Rey, que se encontraba fuera de la sesión plenaria, manteniendo como el presidente José Luis Rodríguez Zapatero diversos encuentros bilaterales, regresara en cuanto tuvo conocimiento de las palabras de Chávez y le llamara la atención por tener una actitud tan poco ética, informaron ayer a Europa Press fuentes asistentes a esa sesión.
Pero los ánimos se calentaron aún más ayer, cuando Chávez insistió en sus insultos a Aznar, a quien también acusó de racista y de estar al corriente y apoyar el golpe de Estado en Venezuela en 2002.
Pero Chávez no fue el único que criticó a representantes españoles. También el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, tras el enfrentamiento dialéctico entre Chávez y el Rey, se quejó de que, a su juicio, España tuviera más oportunidades para hablar en el foro que su país.
Además, echó en cara a España el tener una "alianza política, económico y militar" con Estados Unidos, que en 1986 dejara repostar en su territorio a los aviones estadounidenses que bombardearon la vivienda del presidente libio, Muanmar Gadafi, en 1986 y lamentó que el PSOE que él conoció evolucionara y entrara en la dinámica de los países del norte. Asimismo, criticó a la empresa española Unión Fenosa, presente en su país, y a quien su gobierno, dijo, no hubiera dejado entrar en Nicaragua.
EL REY SE AUSENTA
Fue durante la intervención de Ortega cuando el Rey, en una decisión consensuada con Zapatero, se levantó de su asiento para ausentarse durante unos minutos de la sesión plenaria con el objetivo de mostrar el "disgusto" de la delegación española con respecto al debate que se había producido. Don Juan Carlos regresó a la sesión plenaria antes de que ésta concluyera.
El último en pedir la palabra fue el vicepresidente cubano, Carlos Lage, quien intervino para defender a Chávez. Lage justificó la actitud del presidente venezolano debido a que, afirmó, Aznar atacó "la dignidad de Venezuela con epítetos más graves que lo dicho hoy aquí por el presidente Chávez".
En su opinión, "un presidente no sólo se debe legitimar por ser elegido democráticamente, porque se puede haber sido elegido democráticamente, pero dedicarse a matar". Y es que Zapatero había pedido respeto para Aznar con el argumento de que fue un presidente elegido democráticamente por los españoles. Por otra parte, Lage pidió que no se interpretase "el derecho de Venezuela a defenderse en este foro como un ataque al Gobierno de España".
Además, entre antes de ayer y ayer, los presidentes de Bolivia y Ecuador, Evo Morales y Rafael Correa, se quejaron del modo en que el capital extranjero opera en los países iberoamericanos, sin dejar ganancias "justas" en esas naciones, pero no se refirieron a ninguna empresa española en concreto.
Al término de la Cumbre y antes de partir hacia Argentina, Zapatero esperó en una breve declaración a la prensa que ésta fuera "la última vez" en una Cumbre Iberoamericana alguno de los asistentes emplea "descalificaciones" como las utilizadas por Chávez.
Zapatero volvió a exigir "respeto", aunque se tengan las ideas más dispares, porque, subrayó, "respetar las instituciones es respetar a los ciudadanos y a la Comunidad Iberoamericana". Seguidamente, remarcó que España "siempre ha respetado, respeta y respetará a todos los gobiernos elegidos democráticamente". "Y así vamos a exigir que se funcione", agregó.