MADRID 1 Jul. (EUROPA PRESS) -
Este lunes ha entrado en vigor la reforma legislativa que permite una semana laboral de seis días hasta un total de 48 horas trabajados de forma voluntaria en una iniciativa que pretende mejorar la productividad y atraer inversión extranjera.
La iniciativa del Gobierno conservador que dirige el primer ministro Kyriakos Mitsotakis pretende además mejorar el aprovechamiento del personal cualificado y reducir a la vez la economía sumergida. La inflación ha obligado a muchos empleados a buscarse una segunda ocupación, pero con esta medida se pretende mejorar las condiciones con un solo puesto de trabajo.
La ampliación de horario solo se podrá aplicar a determinados sectores como las fábricas o las pequeñas empresas, así como a compañías que den servicio ininterrumpido. El turismo y la hostelería han quedado fuera.
La medida ha sido duramente criticada por los sindicatos por considerarla contraria a los derechos laborales, que recuerdan que va en dirección contraria a la tendencia de otros países europeos como Alemania, Bélgica, Francia, Islandia o Reino Unido, que plantean reducción del número de horas semanales por debajo de las 40 o incluso reducir de cinco a cuatro los días trabajados con turnos de diez en lugar de ocho horas.
"Es una barbaridad" para Akis Sotiropoulos, del sindicato de funcionarios Adedy. "No tiene ningún sentido. Cuando casi todos los demás países civilizados aplican una semana de cuatro días, Grecia decide ir en dirección contraria", ha resaltado.