NUEVA YORK, 12 Dic. (Reuters/EP) -
La enviada especial de Naciones Unidas a Birmania, Pramila Patten, ha denunciado este martes ante el Consejo de Seguridad "las atrocidades sexuales" cometidas contra mujeres y niñas rohingya tanto en suelo birmano como en el vecino Bangladesh y ha instado al máximo órgano ejecutivo de la ONU a viajar a ambos países para atestiguar estos crímenes.
Patten ha participado en la sesión especial que se ha celebrado en el Consejo de Seguridad sobre la situación de los rogingya, que han huido en masa a Bangladesh por la campaña militar puesta en marcha por el Gobierno birmano en represalia por el ataque insurgente del pasado 25 de agosto.
La emisaria del secretario general de la ONU, António Guterres, ha contado algunas de las "descorazonadoras" denuncias que han llegado a sus oídos. Patten ha dicho que una mujer rohingya fue retenida durante 45 días por las tropas birmanas y violada repetidamente.
"Algunos testigos dicen que mujeres y niñas son atadas a árboles o rocas para que múltiples soldados las violen hasta matarlas" o hasta causarles graves lesiones, ha señalado, recordando el caso de una mujer que ha perdido la vista en un ojo a causa de una agresión sexual.
Patten también se ha hecho eco de otros crímenes: "Algunas mujeres han contado que los soldados han tirado a sus bebés a pozos. Unas mujeres me contaron cómo sus bebés fueron lanzados a las llamas mientras los soldados se las llevaban para violarlas en grupo".
Las Fuerzas Armadas de Birmania publicaron un informe el mes pasado en el que niegan todas estas acusaciones. "Es inaceptable", ha considerado la embajadora estadounidense en la ONU, Nikkie Haley. "Birmania debe permitir una investigación independiente, transparente y creíble sobre lo que ha pasado", ha incidido este martes.
El Consejo de Seguridad urgió entonces al Gobierno que lidera en la sombra la premio Nobel de la Paz Aung Sang Suu Kyi a "garantizar que no se hace un uso excesivo de la fuerza militar en el estado de Rajine", hogar de la comunidad rohingya.
Sin embargo, para Patten este mero llamamiento es insuficiente y ha pedido al Consejo de Seguridad una resolución reclamando el inmediato fin de las violaciones de los Derechos Humanos contra los rohingya y con medidas concretas para garantizar que los culpables rinden cuentas.
Además, la enviada especial ha recomendado al Consejo de Seguridad organizar una visita a Birmania y a Bangladesh, a donde en los últimos cuatro meses han llegado más de 600.000 refugiados rohingya, para escuchar los testimonios de las víctimas y ver las precarias condiciones en las que viven.
En la misma línea, en grupo de más de 80 ONG, entre las que figuran Human Rights Watch (HRW) y Amnistía Internacional, ha instado este martes al Consejo de Seguridad a que pase de las condenas a la acción ante los "crímenes contra la Humanidad" que se están cometiendo contra los rohingya en Birmania.
Los rohingya son una minoría étnica de fe musulmana que se concentra en Rajine. Birmania no les reconoce como ciudadanos porque considera que son descendientes de inmigrantes ilegales procedentes de Bangladesh. El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha alertado de que podría estar en marcha una "limpieza étnica".