Archivo - El enviado especial de Naciones Unidas para Siria, Geir Pedersen - ESKINDER DEBEBE/UN PHOTO / XINHUA NEWS / CONTACTOP
MADRID 17 Dic. (EUROPA PRESS) -
El enviado especial de la ONU para Siria, Geir Pedersen, ha hecho un llamamiento este martes a la prudencia y ha afirmado ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que pese a la caída del régimen de Bashar al Assad el conflicto todavía "no ha terminado".
"En Damasco me dicen que la ley y el orden ha mejorado de forma significativa después de una inestabilidad inicial de dos días, pero la estabilidad puede ser frágil en muchas partes de Siria y en el noreste todavía hay frentes y hostilidades en las que mueren civiles, resultan heridos y son desplazados", ha explicado.
Pederson ha indicado además que el conflicto en Siria ha provocado que el 90 por ciento de los sirios vivan en la pobreza, por lo que hay "enormes desafíos" por delante que requerirán "ir más allá de lo humanitario" y centrarse en otros objetivos.
En este sentido, algunas de las metas de cara a un futuro cercano son la reconstrucción del país o impulsar un mecanismo para poner fin a las sanciones. Pederson también ha recordado que si la 'hoja de ruta' política no llega a buen puerto habrá nuevamente inestabilidad.
El proceso debe, por tanto, llevar a establecer una nueva Constitución "en consonancia con la resolución 2254" del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y a la celebración de elecciones "libres y justas" en las que participen todos los sirios.
"La transición debe ser creíble e inclusiva, que incluya una participación amplia de la sociedad siria y de los partidos a fin de que inspire confianza a nivel pública. Este es un deseo claro expresado por los propios sirios", ha recordado.
Por otro lado, Pedersen ha instado a preservar "las pruebas y el material" en torno a los detenidos durante el mandato de Al Assad, así como de sitios en los que haya fosas comunes. "Debemos salvaguardar el derecho de las víctimas y a sus familias y supervivientes a la verdad y a la justicia", ha agregado.
La ofensiva en Siria, lanzada el 27 de noviembre desde la provincia de Idlib --situada en el noroeste, en la frontera con Turquía--, ha permitido a yihadistas y rebeldes poner fin al régimen de la familia Al Assad, en el poder desde 1971 --primero con Hafez al Assad (1971-2000) y posteriormente con su hijo, Bashar--, ante un repliegue constante de las tropas gubernamentales, respaldadas por Rusia e Irán.