MADRID, 2 Jun. (EUROPA PRESS) -
China, India, Bangladesh, Vietnam o Camboya, principales centros mundiales de manufacturas, no han efectuado "progresos tangibles" en la lucha contra la explotación infantil durante los tres últimos años, según reflejan los resultados del Índice de Trabajo Infantil 2018, que sitúa a Corea del Norte, Somalia y Sudán del Sur como los tres países del mundo donde se observa una mayor degradación infantil, y el este de África como la región más peligrosa.
El informe, preparado por la consultoría estratégica británica Verisk Maplecroft, identifica 27 países donde viven 900 millones de personas y representan un "riesgo extremo" para los pequeños y, de los diez más peligrosos, cinco se encuentran en el este del continente africano.
Estos diez países son, por orden de gravedad: Corea del Norte, Somalia, Sudán del Sur, Eritrea, República Centroafricana, Sudán, Venezuela, Papúa Nueva Guinea, Chad y Mozambique, según el estudio. Otros 82 países están catalogados "de alto riesgo". Allí se encuentran los gigantes industriales de Asia: China (puesto 98) e India (puesto 47).
A pesar de su meteórico crecimiento económico, llevan años sin progresar en este ámbito, y es una tendencia que se repite en países manufactureros como Etiopía (30), Bangladesh (44), Turquía (63) o Vietnam, donde el riesgo de explotación infantil, forzada o por necesidad, sigue plenamente vigente, según el estudio.
"Esto sucede porque los beneficios de esta inercia económica no han llegado a los más pobres. Cualquier progreso en lo que se refiere a los derechos laborales, incluyendo el trabajo infantil, sigue fuera de nuestro alcance", según el analista de datos sobre Derechos Humanos del grupo, Oscar Larsson.
"El trabajo infantil todavía goza de especial prominencia a lo largo de muchos sectores y los países siguen sin tomar medidas porque están esperando a las empresas", añade.
La organización quiere puntualizar que, si bien China e India aparecen en el segundo escalón en términos generales, pertenecen al primer grupo en lo que se refiere a "gravedad y frecuencia" de las violaciones sobre el trabajo infantil, en particular en los ámbitos de manufacturas, textiles y agricultura.
De cara al índice, a ambos países les beneficia que han firmado acuerdos internacionales a este respecto para subir posiciones, pero India, por ejemplo, carece de leyes domésticas a la altura de los estándares internacionales que marca la Organización Internacional del Trabajo (OIT, por sus siglas en inglés) que protejan a los menores de 15 años.
150 MILLONES
En todo el mundo hay alrededor de 150 millones de niños empleados, según la OIT, que ya da por imposible su objetivo de acabar con esta práctica a nivel global para 2025, en lo que se trata de un fracaso de uno de los 17 objetivos de desarrollo mundial acordados en 2015.
"Los riesgos sobre el trabajo infantil todavía son altísimos y no estamos haciendo gran cosa para resolver este problema", explica Jos de Voogd, integrante de la ONG por los Derechos de la Infancia Terre des Hommes, a Thomson Reuters Foundation.
"Las empresas son reacias a analizar toda su cadena de suministro, con la excusa de que es demasiado compleja, lo que significa que nadie asume la responsabilidad de los estratos más bajos. Por eso hay que alentar a las empresas a que adopten medidas.