MADRID, 15 Feb. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha asegurado que las fuerzas del Gobierno de Bashar al Assad han matado a no menos de un millón de personas desde el inicio del conflicto, según ha informado la cadena de televisión saudí Al Arabiya.
Naciones Unidas dejó de hacer recuentos de víctimas en Siria en 2014, cuando lo calculó en 250.000, si bien en abril de 2016 el enviado especial de la ONU para el país, Staffan de Mistura, afirmó que ascendían a 400.000.
La cadena ha publicado varios extractos de una entrevista al mandatario turco, afirmando que saldrá a la luz en su totalidad a lo largo de la semana.
En ella, Erdogan ha afirmado además que no considera como un grupo terrorista a la organización islamista Hermanos Musulmanes, agregando que lo hará en caso de que lleve a cabo ataques armados en el país.
Asimismo, ha pedido unidad en la región para combatir al grupo yihadista Estado Islámico, afirmando que ha trasladado al presidente estadounidense, Donald Trump, la importancia de expulsar al grupo de la ciudad siria de Raqqa.
Erdogan desveló el domingo que el objetivo final de la operación 'Escudo del Éufrates', lanzada en el norte de Siria, es la toma de la ciudad de Raqqa.
Sin embargo, aseguró que las fuerzas turcas no tienen ninguna intención de permanecer en Siria una vez se haya logrado este objetivo que tiene en el punto de mira a Estado Islámico, pero también a las Unidades de Protección Popular (YPG), la principal milicia kurda del país.
Recientemente, el Gobierno de Siria condenó los "repetidos crímenes y ataques" de Turquía en su operación militar en el norte del país árabe, en sendas cartas enviadas a la Secretaría General y el presidente del Consejo de Seguridad de la ONU.
Turquía fue aliado de Siria hasta el estallido del conflicto en el país árabe en 2011, a raíz de la represión de las protestas prodemocráticas en varias ciudades del país, y desde entonces ha sido uno de los principales críticos del Ejecutivo de Al Assad.
Damasco ha acusado en numerosas ocasiones a Ankara de dar respaldo diplomático y militar a algunos de los grupos que operan en el país, achacando así a Turquía la prolongación del conflicto.