Erdogan envía al Parlamento turco el protocolo de adhesión de Suecia a la OTAN para su ratificación

Archivo - El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan - Europa Press/Contacto/Mustafa Kaya - Archivo

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MADRID, 23 (EUROPA PRESS)

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha firmado este lunes el protocolo de adhesión de Suecia a la Alianza Atlántica, y lo ha derivado ya al Parlamento turco, que deberá dar su visto bueno definitivo.

Así lo ha confirmado el departamento de comunicación de la Presidencia turca en sus redes sociales, si bien no ha aportado más información sobre cuándo se abordará la cuestión en la Gran Asamblea Nacional de Turquía.

Poco después, la oficina del primer ministro de Suecia ha lanzado una publicación en su perfil oficial de la red social X, anteriormente conocida como Twitter, donde celebra la noticia y muestra su confianza en poder formar parte de la OTAN en el futuro.

"Me alegra saber que el presidente turco Erdogan ha entregado los documentos de ratificación al Parlamento turco. Ahora corresponde al Parlamento abordar la cuestión. Esperamos convertirnos en miembro de la OTAN", ha manifestado el jefe de Gobierno sueco, Ulf Kristersson.

El camino de Suecia para unirse a la OTAN arrancó durante la cumbre de aliados en Madrid en verano de 2022 de la mano de Finlandia, pero desde entonces ha estado bloqueada por Turquía y Hungría, que todavía no han ratificado su ingreso.

Ahora, aunque la Gran Asamblea Nacional turca vote a favor del ingreso de Suecia en la Alianza Atlántica, Estocolmo seguirá necesitando que Budapest dé también su visto bueno, consiguiendo así la aprobación de todos los miembros de la OTAN.

Las autoridades han señalado en varias ocasiones la presencia de en Suecia de movimientos prokurdos, especialmente en lo que se refiere a cualquier respaldo al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), al que consideran como una organización terrorista.

Además, a lo largo de los últimos meses se han producido en territorio sueco varios incidentes relacionados con la quema de ejemplares del Corán, libro sagrado del islám, así como contra la figura del propio presidente Erdogan.

En el caso de Hungría, los recelos derivan de los supuestos "insultos" recibidos. "Dicen que Hungría no es una democracia, sino una dictadura", afirmó en julio el ministro de Exteriores, Peter Szijjarto, que acusa a las autoridades suecas de inmiscuirse en cuestiones internas que no le competen.