ANKARA, 1 Sep. (Reuters/EP) -
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha instado este viernes al secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, a actuar frente a lo que ha considerado un "genocidio" contra los rohingya, una minoría étnica y religiosa, en el estado de Rajine, Birmania.
"Aquí hay un genocidio", ha afirmado en el discurso que ha pronunciado con motivo de la celebración de la fiesta musulmana del Eid al Adha.
Erdogan ha reprochado que "todo esto está pasando ante los ojos de toda la Humanidad y que, desafortunadamente, es insensible a ello".
"Todos los que están mirando hacia otro lado ante el genocidio llevado a cabo bajo el velo de la democracia también son parte de esta masacre", ha advertido.
Además, ha indicado que, como presidente temporal de la Organización para la Cooperación Islámica (OCI), seguirá manteniendo conversaciones con los estados miembro y con Guterres para emprender acciones.
En este sentido, Erdogan ha precisado que la crisis de los rohingya en Birmania será abordara en detalle durante la reunión plenaria de la Asamblea General de Naciones Unidas el próximo 12 de septiembre.
VIOLENCIA EN RAJINE
Cerca de 400 personas han muerto y unas 60.000 han huido de Birmania por la ola de violencia que estalló hace una semana en Rajine, de acuerdo con el último balance, que convierte esta crisis en la peor que ha sufrido el país asiático en décadas.
La crisis se desencadenó el pasado viernes, cuando milicianos del Ejército de Salvación Rohingya de Arakan (ARSA), un grupo armado conocido anteriormente como Aharak al Yaqin que fue creado por los rohingya exiliados desde 2012, atacaron varios puestos policiales y una base militar en Rajine.
En respuesta, el Ejército birmano ha puesto en marcha "operaciones de limpieza" para dar con los insurgentes rohingya. Ha evacuado a la población no musulmana de Rajine y registra casa por casa en busca de supuestos milicianos entre esta minoría étnica y religiosa.
La situación había permanecido en relativa calma desde el pasado mes de octubre. Entonces, un ataque rohingya contra guardias fronterizos que se cobró nueve vidas entre los uniformados desató nuevos operativos militares que provocaron la huida de 87.000 personas hacia Bangladesh.
Naciones Unidas ha condenado la violencia rohingya y ha pedido a las fuerzas de seguridad que den una respuesta equilibrada a dichos ataques. Además, ha subrayado que esta situación podría haberse evitado si el Gobierno de la premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi hubiera abandonado la "retórica inflamatoria".
Los rohingya son una minoría étnica de fe musulmana que se concentra en Rajine. Son más de un millón de personas, pero el Gobierno birmano no les reconoce como ciudadanos porque considera que son descendientes de inmigrantes ilegales procedentes de Bangladesh.