Actualizado: martes, 28 julio 2015 18:35

ANKARA 28 Jul. (Reuters/EP) -

El presidente de Turquía, Recep Tayip Erdogan, ha dicho este jueves que es imposible continuar el proceso de paz con la milicia kurda Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, en sus siglas en turco), tras los últimos ataques, y ha solicitado al Parlamento que retire la inmunidad judicial a los políticos vinculados con grupos terroristas.

"No vemos posible continuar con el proceso de paz con aquellos que amenazan nuestra unidad hermandad nacional", ha advertido Erdogan en una rueda de prensa en Ankara antes de partir a una visita oficial en China.

El Gobierno turco ha suprimido casi todos los partidos políticos kurdos durante los últimos años. Erdogan ha acusado recientemente al Partido Democrático de los Pueblos (HDP, en sus siglas en turco) de estar vinculado al PKK, aunque se opone a la ilegalización del partido. Sin embargo, ha instado al Parlamento a quitarle la inmunidad a aquellos políticos relacionados con "grupos terroristas".

El portavoz del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, en sus siglas en turco), Besir Atalay, ha asegurado que es demasiado pronto para declarar que el proceso de paz ha terminado y ha aclarado que este podría reanudarse si los "elementos terroristas" entregan las armas y dejan Turquía. "Actualmente el mecanismo está estancado pero podría retomarse donde se quedó si hay una verdadera intención", ha añadido.

"No hemos cometido ningún crimen imperdonable. Nuestro único crimen es ganar el 13 por ciento de los votos", ha afirmado el portavoz del HDP en la Cámara, Selahattin Demirtas. "La única manera de que el AKP gobierne solo es que el HDP sea liquidado. Mañana los 80 diputados del HDP presentarán una solicitud para que se levante la inmunidad", ha retado tras la amenaza de Erdogan, quien quiere que su formación, el AKP, recupere la mayoría parlamentaria.

DOBLE OFENSIVA

Los comentarios se han producido tan solo unos días después de que las fuerzas aéreas turcas bombardearan campamentos en el norte de Irak que pertenecían al PKK, tras una serie de ataques a policías y soldados en Turquía atribuidos a la milicia kurda. El PKK ha informado de que los bombardeos, lanzados prácticamente en paralelo con la ofensiva contra Estado Islámico en Siria, han hecho que el proceso de paz deje de tener sentido pero no ha desmentido su participación en los ataques a las autoridades turcas.

Los aliados occidentales han reconocido que Turquía tiene derecho a defenderse pero han pedido al miembro de la OTAN que no deje que los esfuerzos de paz con el PKK fracasen. Washington considera a esta milicia una organización terrorista, mientras que depende enormemente de combatientes kurdos sirios en su lucha contra Estado Islámico en Siria.

Los estados miembros de la OTAN reunidos de urgencia este martes en Bruselas han ofrecido apoyo político para la ofensiva del Gobierno turco en Siria e Irak, y Erdogan ha afirmado que su país tiene el deber de implicarse aún más en la campaña.

Los aliados de la OTAN están profundamente preocupados por la estrategia del Ejecutivo turco de combatir internamente a los kurdos a la vez que luchar contra Estado Islámico. Sin embargo, hay muchos turcos que siguen pensando que los kurdos son la principal amenaza nacional.

APUESTA POLÍTICA

Desafiando la ira nacionalista, Erdogan ha introducido tímidas reformas en los derechos de los kurdos y en 2012 comenzó las negociaciones para terminar con la insurgencia del PKK que desde 1984 ha acabado con la vida de 40.000 personas. Desde marzo de 2013, se mantiene un frágil alto al fuego. No obstante, cualquier posible apuesta política que haya podido hacer Erdogan para cosechar el apoyo electoral de los kurdos, el 20 por ciento de las población, ha fallado de forma notoria.

El partido prokurdo HDP se hizo con el 13 por ciento de los votos en las elecciones del pasado junio, haciendo que el AKP de Erdogan no pudiese gobernar con mayoría en el Parlamento por primera vez desde 2002. Muchos kurdos creen que reavivando el conflicto con el PKK, Erdogan intenta minar el apoyo al HDP de cara a unas posibles elecciones anticipadas. Según esta creencia, los comicios podrían otorgarle la mayoría que persigue para cambiar la Constitución y aumentar sus poderes.

BÚSQUEDA DE LEGITIMIDAD

Definiendo la ofensiva como una guerra contra los grupos terroristas "sin distinción", el Ejecutivo de Turquía ha abierto sus bases aéreas a la coalición liderada por Estados Unidos contra Estado Islámico y ha lanzado bombardeos contra los yihadistas en Siria y el PKK en el norte de Irak desde la semana pasada, lo que ha contado con el apoyo internacional.

"No vamos a dar ningún paso atrás en la lucha contra el terrorismo. Es un proceso que continuará con la misma determinación", ha advertido Erdogan, tras las llamadas de anoche con el presidente francés, el rey de Arabia Saudí y el emir de Qatar. Fuentes presidenciales han dicho que los tres líderes han expresado su apoyo.

Sin embargo, a los aliados occidentales les preocupa que Erdogan pueda abandonar varios años de trabajo en el proceso de paz con el PKK, el cual ha supuesto dar a los kurdos más derechos culturales con la perspectiva, con el tiempo, de una mayor autonomía para la regiones del sur del país donde son mayoría. "Hay una retórica peligrosa en Turquía contra el HDP, el cual ha ganado 6 millones de votos en las últimas elecciones. Se necesita tiempo para hacer frente a esa realidad", ha escrito en su cuenta de Twitter la relatora de Turquía en el Parlamento Europeo, Kati Piri.

Algunos de los activistas kurdos han acusado a Erdogan de abstenerse de forma deliberada de la acción llevada a cabo en el pasado contra Estado Islámico porque los veía como un contrapeso a los combatientes kurdos. Según ellos, esta política fue la que condujo al atentado suicida de la semana pasada en el sur de Turquía, que mató a 32 personas y fue atribuido a los yihadistas. Las autoridades turcas niegan esto y también rechazan la idea de que la acción contra el PKK esté motivada por intereses políticos, señalando una serie de ataques de la milicia a las fuerzas de seguridad en las últimas semanas.

El lunes, un gendarme de la provincia oriental de Mus murió tras ser disparado por supuestos rebeldes del PKK, mientras que en la cercana provincia de Van fue atacada una unidad militar. Se han producido más ataques desde que los bombardeos comenzaron. Los supuestos milicianos del PKK volaron un puente a última hora del lunes en una carretera principal en el sureste del país, además un hombre mató a un soldado en la ciudad de Semdinli, desencadenando enfrentamientos. Es el cuarto miembro de las fuerzas de seguridad que ha muerto esta semana.

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