MADRID, 12 Feb. (EUROPA PRESS) -
Los choques entre militares y rebeldes en el estado sursudanés de Equatoria Central, fronterizo con República Democrática del Congo y Uganda, han provocado que unas 12.000 personas hayan tenido que abandonar sus hogares, entre ellas 5.000 que han cruzado en estas últimas semanas hacia territorio congoleño, según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
La violencia estalló el 19 de enero y enfrenta al Ejército sursudanés con miembros del Frente de Salvación Nacional, liderado por el antiguo general Thomas Cirillo y que no ha firmado el acuerdo de paz con el Gobierno. Además de impedir el acceso de la ayuda humanitaria a las zonas afectadas, los enfrentamientos también han provocado un éxodo difícil de cuantificar por ahora.
Un portavoz de ACNUR, Babar Baloch, ha asegurado que 5.000 refugiados han llegado a pueblos congoleños cercanas a la ciudad de Ingbokolo, en la provincia de Ituri, según las estimaciones facilitadas por líderes locales. Además, otras 8.000 personas se ha convertido en desplazados internos en Sudán del Sur, recalando en las inmediaciones de la localidad de Yei.
Quienes han llegado a República Democrática del Congo son en su mayoría mujeres, niños y ancianos. "Han llegado agotados, con hambre y sedientos. Entre ellos hay personas que sufren malaria y otras enfermedades", ha explicado Baloch en un comunicado.
Sobre muchos de ellos pesa también el "trauma" de haber presenciado todo tipo de incidentes violentos, "entre ellos hombres armados asesinando y violando a civiles o saqueando pueblos", ha lamentado el portavoz de ACNUR.
SIN APENAS AYUDA
Quienes han recalado en territorio congoleño buscan refugio en iglesias, escuelas y casas abandonadas o directamente duermen al raso, habida cuenta de que se trata de una zona remota en la que apenas hay infraestructuras. Baloch ha advertido de que "los recién llegados sobreviven gracias a la ayuda que comparten los vecinos de la zona".
Las autoridades congoleñas han instado a estos refugiados a abandonar la "volátil" zona fronteriza para "poder recibir más ayuda", si bien ACNUR ya ha reforzado su presencia en Ituri para mejorar el registro y facilitar la reubicación de los sursudaneses.
"Necesitamos fondos para levantar refugios y proporcionar asistencia como comida, agua y servicios médicos en el asentamiento más cercano, el de Biringi", donde ya viven más de 6.000 sudaneses, ha reclamado el portavoz de la organización internacional.
La guerra que se desató en Sudán del Sur a finales de 2013 ha provocado ya 2,2 millones de refugiados y, pese a los esfuerzos de paz, el país africano sigue sin haber encontrado la estabilidad. ACNUR ha pedido a todas las partes que garanticen la seguridad de los civiles y su libertad de movimiento, sobre todo si quieren abandonar áreas conflictivas.