STIRLING (ESCOCIA), 2 (Reuters/EP)
La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, ha anunciado este viernes que va a poner en marcha una campaña política para consultar a los escoceses, entre otras cuestiones, si estarían dispuestos a apoyar un referéndum de independencia tras la decisión de Reino Unido de abandonar la Unión Europea.
Dos años después de que los escoceses votaran por 10 puntos porcentuales en contra de la independencia, Sturgeon ha explicado a su formación, el Partido Nacionalista Escocés (SNP, por sus siglas en inglés), que la victoria del Brexit en el referendo sobre la Unión Europea ha cambiado el debate por completo.
"Este verano hemos presenciado cambios radicales que tendrán un gran impacto en nuestras ambiciones por este país", ha asegurado Sturgeon, en una reunión del SNP en Stirling. "El Reino Unido que existía antes del 23 de junio ha cambiado en esencia", ha añadido.
La perspectiva de un largo periodo de liderazgo conservador en Westminster, mientras el Partido Laborista en la oposición está enredado en una batalla interna por su liderazgo y se ubica muy por detrás de los conservadores en los sondeos de opinión, implica que es necesario un nuevo debate sobre el futuro de Escocia.
"Para asegurar que se escuche la voz de todos en Escocia en estos tiempos de cambio, estoy lanzando hoy el mayor ejercicio político de Escocia para escucharlos", ha explicado la ministra principal de Escocia. "El debate debe incluir un análisis sobre la independencia", ha remarcado.
En el referéndum de Reino Unido del 23 de junio, Escocia votó a favor de permanecer en la Unión Europea por un 62 por ciento contra un 38 por ciento, una postura enfrentada a la de Reino Unido en conjunto, que votó por abandonar el bloque.
MOVILIZACIÓN DE 120.000 MILITANTES
En el marco de la campaña para escuchar a los escoceses, el SNP tiene previsto desplegar unos 120.000 miembros de la formación para preguntar a los electores puerta a puerta cómo se sienten y qué se podría hacer de otra manera para que la independencia gane en un futuro referéndum de independencia. Uno de los temas que preocuparon a los electores en el referéndum de 2014 era la situación económica y la moneda que tendría una Escocia independiente.
Los datos oficiales difundidos por el Gobierno en agosto muestran que el déficit fiscal de Escocia alcanza el 9,5 por ciento, más del doble que el del conjunto de Reino Unido, debido al bajo precio del petróleo. Esa situación hace complicado equilibrar las cuentas sin adoptar medidas de austeridad, algo que el Ejecutivo escocés rechaza.
A pesar del rechazo a la independencia en el referéndum de 2014, la campaña política contribuyó a impulsar el apoyo al SNP, que ahora tiene 56 de los 59 escaños atribuidos a Escocia en el Parlamento británico.
Una encuesta publicada por YouGov la semana posterior al Brexit señaló que la mayoría de los escoceses quieren seguir siendo parte de Reino Unido, con un 53 por ciento a favor y un 47 por ciento en contra. Otro estudio del mismo centro publicado en 'The Times' este viernes aumenta el apoyo a la continuidad en Reino Unido hasta el 54 por ciento de los electores escoceses.