MADRID, 13 May. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno español ha condenado el ataque perpetrado el pasado jueves cerca de Bangassou, en República Centroafricana, en el que murió un miembro de la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de Naciones Unidas en República Centroafricana (MINUSCA) y cuatro personas más.
"España condena el ataque perpetrado cerca de Bangassou (República Centroafricana) contra población civil y miembros de la MINUSCA y que ha costado la vida a varios civiles y a un casco azul del contingente marroquí", ha apuntado el Gobierno a través de un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.
En el texto, el Ejecutivo traslada así "su pesar y condolencias a los familiares" de las víctimas civiles y del 'casco azul' fallecido así como a las autoridades de la República Centroafricana y de Marruecos.
"El Gobierno reitera su decidido apoyo a la República Centroafricana, a las Naciones Unidas, en particular a la MINUSCA, así como al resto de actores internacionales en sus esfuerzos por lograr una consolidación de la paz en el país", concluye el documento.
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, y el Consejo de Seguridad del organismo internacional condenaron el miércoles el ataque, subrayando que podría tratarse de un crimen de guerra.
El convoy había partido de Rafai y se dirigía a Bangassou, 474 kilómetros al este de la capital, Bangui, cuando fue atacado por "elementos armados" cerca de Yogofongo, a 20 kilómetros de su destino.
La MINUSCA, Guterres y el Consejo de Seguridad han responsabilizado del ataque a elementos 'anti-balaka', integradas principalmente por cristianos y surgieron en respuesta a las milicias Séléka, integradas mayoritariamente por musulmanes.
La semana pasada, las agencias de la ONU y varias ONG habían advertido de que con una quinta parte de la población desplazada y casi la mitad necesitada de ayuda humanitaria, RCA se enfrenta al riesgo de volver a verse sumida en el caos al que la llevó el enfrentamiento entre los milicianos de Séléka, principalmente musulmanes, y las milicias 'anti-balaka', predominantemente musulmanas, que estalló en 2013.
Actualmente, hay más de 884.000 desplazados y unos 2,2 millones de personas necesitadas de ayuda humanitaria en el país, donde la ausencia de una presencia del Estado en buena parte del territorio hace que sean los actores humanitarios los que cubran más del 50 por ciento de los servicios básicos.
El ataque contra el convoy de la MINUSCA se produce después de que la semana pasada el coordinador humanitario de la ONU en RCA, Michael Yao, denunciara que desde marzo de este año se han producido 16 ataques contra los actores humanitarios en el país, solo en la prefectura de Ouham, en el norte. En total, desde que comenzó 2017, ha habido 33 incidentes en el país, lo que lo convierte en uno de los más peligrosos para los trabajadores humanitarios.