SJIRAT (MARRUECOS), 17 (del enviado especial de EUROPA PRESS, Borja Díaz-Merry)
El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, ha elogiado el acuerdo que firman este jueves los dos gobiernos paralelos de Libia, al tiempo que ha reclamado al nuevo Ejecutivo de unidad nacional que nace de este pacto que acabe con el autodenominado Estado Islámico "antes de que sea demasiado tarde".
"Esperamos que éste sea el primer paso de un proceso que debe culminar en el reconocimiento de un gobierno que sea capaz de enderezar la situación y fundamentalmente de controlar a Daesh, intentar controlar la inmigración ilegal y poner en marcha un proceso económico que se ha detenido", ha asegurado el jefe de la diplomacia española a la prensa a su llegada al Palacio de Congresos de Sjirat (Marruecos), localidad que ha acogido varias rondas negociadoras previas a este acuerdo.
García-Margallo ha hecho hincapié en la importancia que da España a la resolución del conflicto en Libia y ha alertado del riesgo que supone que este país esté desestabilizado por el "peligro" del grupo terrorista que se hace llamar Estado Islámico y por una inmigración descontrolada partiendo desde sus costas hacia Europa.
"Para España, éste es el conflicto que ocupa el lugar número uno en la agenda en cuanto a que está enfrente de casa, afecta a nuestra seguridad, afecta a la inmigración y afecta a nuestros intereses económicos", ha afirmado, antes de recordar el peso que tenía Repsol en el sector petrolero de Libia.
ALUVIÓN DE INMIGRANTES EN EUROPA
El ministro ha recordado que los cuatro años de conflicto en Libia han dejado 600.000 desplazados, 2,5 millones de personas necesitadas de ayuda humanitaria y "1.700 milicias" controlando unos 30 millones de acres (unas 12 hectáreas). En 2014, según García-Margallo, unos 177.000 inmigrantes aprovecharon el "vacío" institucional de Libia para llegar a Europa y hasta el 1 de noviembre de 2015 lo han hecho unos 140.000 inmigrantes.
"El conflicto ha tenido efectos colaterales en los países de la región, que han sufrido una importante desestabilización y, como consecuencia de esa desestabilización incontrolada, ha creado tensiones en Europa, muy especialmente en el sur de Europa", ha destacado.
García-Margallo ha remarcado que España, "consciente de la gravedad del conflicto" y del "peligro" de tener a Estado Islámico "a las puertas de Europa", se ha implicado para lograr la resolución de este conflicto, convocando la primera reunión internacional en 2014 y, entre otras iniciativas, formando parte del Grupo Permanente de Contacto, una coalición de países que han buscado una salida diplomática al conflicto.
"La firma de este acuerdo es el primer paso, solo el primer paso para la resolución del conflicto", ha asegurado el ministro antes de explicar que el pacto contempla la creación de un gobierno de unidad nacional y la existencia de "un solo Parlamento".
RESOLUCIÓN DE LA ONU
El siguiente paso, ha explicado, es aprobar una resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU que "reconozca y ampare" al nuevo Ejecutivo como "el único representante legítimo a partir de este momento". El ministro ha avanzado que España ya está preparando el borrador de dicha resolución para que "vea la luz lo más pronto posible".
"Con el paraguas de esta resolución el Gobierno podrá empezar a intentar controlar la situación, fundamentalmente a luchar contra Daesh, controlar la inmigración y a poner en marcha una economía que está devastada en estos momentos", ha asegurado.
El jefe de la diplomacia española ha admitido que el proceso de paz en Libia es "complicado", pero ha resaltado que "es la primera vez que se atisba un principio de solución". "Hasta ahora los libios no habían sido capaces de formar un único gobierno que fuese interlocutor de la comunidad internacional y ése es el requisito previo para que el conflicto se solucione. El conflicto lo tienen que solucionar los propios libios", ha subrayado.
Tras recordar la participación de España, con una fragata y un avión, en la misión europea de seguridad Sofía para controlar la inmigración desde Libia hacia el continente, García-Margallo ha confiado en que las milicias que existen en Libia estén dispuestas a respetar el acuerdo político firmado en Sjirat.
"Parece que las milicias, por lo menos las de Misrata, estarían dispuestas a colaborar en el tema y de lo que se trata ahora es de controlar a aquellas milicias que no estén de acuerdo con este acuerdo que, insisto, es la única solución para Libia", ha precisado.
EL PAPEL CLAVE DE LAS MILICIAS
El denominado Acuerdo Político de Libia establece la creación de un gobierno de unidad nacional liderado por el primer ministro Faiz Serraj, un parlamento único con sede en Tobruk y un Consejo de Estado formado por representantes del parlamento de Trípoli.
El pacto ha contado con el apoyo de más de 100 representantes de las delegaciones gubernamentales de Trípoli y de Tobruk, pero no con la firma de los presidentes de las dos Cámaras legislativas enfrentadas. El futuro del acuerdo dependerá en buena parte del papel que asuman las milicias que siguen operando en Libia.
La delicada situación en materia de seguridad ha provocado que las delegaciones todavía no hayan acordado la ciudad en la que estará la sede del Gobierno de unidad nacional. La previsión es que se sitúe en Trípoli, pero antes tendrán que alcanzarse algunos acuerdos de seguridad para que el Ejecutivo pueda trabajar allí.
Libia lleva inmersa en una crisis política y de seguridad desde la caída del régimen de Muamar Gadafi a finales de 2011, una situación agravada desde julio de 2014 con la existencia de dos gobiernos y dos parlamentos paralelos, con sede en Trípoli y Tobruk, respectivamente.
El pacto ha sido impulsado a través de la mediación de Naciones Unidas, en una primera fase con el español Bernardino León como enviado especial, y en la última fase con el diplomático alemán Martin Kobler en el mismo puesto.