BEIRUT 10 Abr. (Reuters/EP) -
Estado Islámico ha reforzado su presencia en Alepo, la segunda ciudad más importante de Siria, donde está atacando a rivales como parte de un avance más allá de sus bastiones en el este del país, según han informado un líder rebelde y un grupo de observadores.
El grupo terrorista ha llevado a cabo en las últimas semanas una serie de ataques en zonas del oeste de Siria, incluido territorio en manos del régimen de Bashar al Assad, y también ha efectuado un importante avance sobre Damasco, capital del país, donde está luchando por el control del campo de refugiados Yarmuk.
Previamente esta semana, el grupo atacó a facciones rebeldes rivales en el norte de Alepo con dos coches bomba, causando la muerte de al menos 31 personas, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, que posee una red de colaboradores mediante los cuales hace un seguimiento el conflicto.
Un líder rebelde a cargo de combatientes en esa región ha indicado que Estado Islámico ha pedido refuerzos. "Incrementaron su presencia y están lanzando un ataque", ha señalado el comandante que ha pedido no ser identificado por seguridad de sus subordinados.
"Están enviando mensajes para aterrorizar a las personas, esparciendo rumores entre la gente de que está regresando", ha añadido.
El Observatorio ha informado este viernes de enfrentamientos en una localidad cercana a la zona donde se produjo el doble estallido de coches bomba.
"Daesh está intentando atacar a los islamistas y (otras) facciones combatientes en el norte, en Alepo", ha señalado Rami Abdulrahman, quien dirige el Observatorio, con sede en Londres, empleando el término en árabe para Estado Islámico. "Están intentando tomar la iniciativa", ha añadidoagregó Abdulrahman.
Alepo sigue actualmente dividida en una zona en manos del Gobierno del presidente Bashar al Assad y una región capturada por un abanico de grupos insurgentes.
AVANCE HACIA EL SUR
El reciente avance se produce tras ataques de combatientes de Estado Islámico más hacia el sur, en áreas comandadas por el Gobierno, incluida la provincia de Hama, donde la semana pasada el grupo radical masacró a 40 personas durante un ataque. El Observatorio ha informado el viernes de que el grupo terrorista aún mantenía cautivas a 50 personas capturadas en ese ataque.
La toma de Yarmuk, aún foco de feroces enfrentamientos, le daría al grupo una base a pocos kilómetros del palacio presidencial en Damasco. El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, describió el jueves el campo de refugiados de Yarmuk --que se estima que alberga a 18.000 personas-- como el "círculo más profundo del infierno" y "un campo de muerte". Ban manifestó que los residentes estaban siendo "mantenidos como rehenes" por Estado Islámico y otros extremistas.
El avance del grupo que lidera Abu Bakr al Baghdadi sobre Yarmuk la semana pasada fue asistido por combatientes del Frente al Nusra, brazo de Al Qaeda en Siria, lo que muestra el alcance de la cooperación entre grupos que en otras zonas combaten entre sí y lo siguen haciendo en el norte.