Reducen su presencia, cambian los convoyes de vehículos por motos y colocan su bandera en edificios residenciales
BAGDAD, 26 Sep. (Reuters/EP) -
Los milicianos de Estado Islámico están cambiando de tácticas ante los bombardeos aéreos de Estados Unidos en el norte de Irak, abandonando los evidentes convoyes en favor de las motos y colocando sus banderas negras en casas de civiles, según han informado fuentes tribales y testigos.
Según han relatado, hay menos puestos de control de los milicianos para detectar a "apóstatas" y un menor uso del teléfono móvil desde que se han intensificado los bombardeos aéreos y más aliados de Estados Unidos han prometido sumarse a la campaña que comenzó en agosto, afirmando que los milicianos también se están separando para limitar las bajas.
Un jeque tribal de una localidad al sur de Kirkuk ha señalado que elementos de Estado Islámico "abandonaron uno de sus mayores cuarteles en la localidad" cuando escucharon que era probable que la campaña de bombardeos podría llegar a la zona.
"Se llevaron todos sus muebles, vehículos y armas. Luego colocaron bombas de carretera y destruyeron el cuartel general", ha señalado el jeque tribal, que pidió no ser identificado. "Ya no se mueven en convoyes militares como antes. En lugar de ello usan motos, bicicletas y, si es necesario, usan vehículos camuflados", ha precisado.
Los milicianos también han comenzado a colocar su conocida bandera negra en los tejados de varios edificios residenciales, en su mayoría vacíos, y en otros edificios, para generar confusión sobre su verdadera presencia.
Las víctimas civiles son un gran motivo de preocupación a medida que los aviones de guerra estadounidenses se aventuran hacia dentro en el valle de río Tigris y hacia el desierto occidental para frenar el control del Estado Islámico sobre casi una tercera parte del país. Francia también ha participado en los bombardeos aéreos.
Fuentes tribales y de la Inteligencia local han dicho que un bombardeo el jueves cerca de la localidad de Bashir, 20 kilómetros al sur de Kirkuk, se cobró la vida de dos responsables locales de Estado Islámico mientras estaban recibiendo a un grupo de milicianos de Siria y Mosul.
ABANDONAN LOS COCHES POR LAS MOTOS
En otra localidad cerca de Haweeja, en el norte de Irak, una fuente ha indicado que los milicianos han abandonado el uso de largos convoyes de evidentes vehículos con ametralladoras instaladas en ellos y también ha destacado la nueva preferencia por las motos.
Los combatientes de Estado Islámico, que han controlado buena parte de las provincias petroleras y agrícolas del este de Siria desde hace más de un año, avanzaron en las regiones predominantemente suníes del norte de Irak a mediados de junio, tomando ciudades como Mosul y Tikrit y quedándose a menos de 160 kilómetros de Bagdad.
Pero sus recientes movimientos sugieren que están preocupados por los bombardeos aéreos, que están respaldados sobre el terreno por los en buena medida desafortunados soldados iraquíes y los mucho mejor preparados peshmerga, los combatientes kurdos.
"Ejecutaban a gente como el que bebe agua (...) ahora los bombardeos aéreos son muy activos y han disminuido la capacidad" de los milicianos, ha explicado el jeque Anwar al Assy al Obeidi, jefe de una tribu en Kirkuk y en todo Irak, en declaraciones a Reuters.
LOS CIUDADANOS TEMEN QUE BOMBARDEEN SUS CASAS
"Donde quiera que se esconcen, la gente quiere deshacerse de ellos porque tienen miedo de que sus casas sean bombardeadas", ha explicado Al Obeidi, que huyó hacia el Kurdistán iraquí este verano después de que Estado Islámico hizo saltar por los aires su casa.
Los insurgentes han pasado a la clandestinidad en su principal bastión en Siria desde que el presidente estadounidense, Barack Obama, autorizó los bombardeos aéreos contra el grupo yihadista en Siria, que comenzaron este martes.
Han desaparecido de las calles, han replegado sus armas y combatientes, y han interrumpido su exposición mediática, según los residentes.
Pero los bombardeos aéreos no les han paralizado. Sus combatientes se han dirigido este viernes hacia una estratégica localidad en el norte de la frontera de Siria con Turquía, enfrentándose a las fuerzas kurdas, mientras que los bombardeos alcanzaban sus bases y campos petrolíferos en el este del país.
DISMINUYEN LOS PUESTOS DE CONTROL
En la provincia de Diyala, en el este, de Irak, un testigo ha indicado que los bombardeos han obligado a los milicianos a disminuir los puestos de control que inspeccionan las identidades y buscan a los que consideran "apóstatas": chiíes, policías y soldados.
"También han incrementado el número de cuarteles generales, en lugar de dos ahora tienen 20, con solo tres o cuatro personas en cada uno de ellos", ha explicado el testigo.
Otro testigo en la localidad de Jalawla, en Diyala, también ha dicho que los milicianos han disminuido su presencia en la línea de frente y ya no se enfrentan con las tropas gubernamentales con grandes números de combatientes.
En Tikrit, el coronel de Policía Hassan al Jabouri ha dicho que los milicianos han retirado sus puestos de control en los principales puntos de la ciudad, retirándose a calles secundarias.
LOS MÓVILES, APAGADOS
"También han cambiado los coches entre las zonas que controlan y nuestra información de Inteligencia indica que todos han cambiado sus teléfonos móviles. Estos están siempre apagados y las baterías están quitadas a menos que tengan que usarlos", ha precisado Jabouri a Reuters.
En quizá el indicio más evidente de que los milicianos temen los bombardeos, han comenzado a excavar y esconderse en trincheras, lo suficientemente grandes para dos personas, en los patios de la gente.