Estado Islámico deja al menos cuatro muertos en un nuevo ataque contra instalaciones de la ONU en Borno

MADRID, 11 Abr. (EUROPA PRESS) -

La organización Estado Islámico en África Occidental (ISWA), una facción de la secta yihadista Boko Haram, ha matado a cuatro personas, entre ellas dos militares, durante un ataque ocurrido esta pasada noche del sábado contra instalaciones de la ONU en la comunidad de Damasak, en el estado de Borno.

El ataque se trata del segundo perpetrado esta semana por el grupo terrorista contra propiedad de Naciones Unidas después del perpetrado el lunes contra la localidad nigeriana de Dikwa, también en este estado nororiental del país.

El ataque de Damasak ha provocado cuantiosos daños materiales tanto en las instalaciones de la ONU como de ONG y también en un hospital y una comisaría de Policía, según fuentes de seguridad al diario nigeriano 'Premium Times'.

"Hemos tenido una mala situación este sábado. Pistoleros de Boko Haram asaltaron Damasak la pasada tarde. Llegaron en grandes grupos, en sus motocicletas y camiones armados. Atacaron la zona alrededor de la instalación de la ONU, a la que prendieron fuego", ha lamentado una fuente de seguridad bajo el anonimato.

"También masacraron a dos personas y poco después descubrimos que dos miembros de las Fuerzas Especiales también habían muerto", ha añadido.

Otra fuente del medio informó que, si bien los empleados de la ONU y los cooperantes humanitarios consiguieron esconderse en un búnker, los insurgentes prendieron fuego a todos los almacenes e instalaciones de la ONU antes de dirigirse al hospital general de Damasak para saquearlo.

"No obstante, uno de los comandantes del grupo impidió que le prendieran fuego porque había pacientes dentro", ha indicado la fuente. Los atacantes se marcharon tras robar una ambulancia y varios vehículos de la ONG Acted, presente en la zona.

Otra de las ONG que trabajaban en Damasak, el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC), ha confirmado que sus cinco empleados han sobrevivido al ataque, que no obstante ha causado gravísimos daños a sus instalaciones.

"El brutal ataque de ayer puso en peligro nuestro trabajo y amenazó la vida de muchos trabajadores humanitarios. Afortunadamente, nuestros cinco empleados que se quedaron en la ciudad de Damasak salieron ilesos. Sin embargo, los perpetradores lograron incendiar nuestra casa de huéspedes y destruir los suministros de socorro que salvan vidas, incluidos los vehículos utilizados para entregar ayuda", ha lamentado el director del NRC para Nigeria, Eric Batonon.

"Condenamos estos actos de violencia sin sentido. Sirven para aterrorizar a los trabajadores humanitarios y a las comunidades a las que estamos aquí para ayudar, y retrasan que la ayuda fundamental llegue a las familias en extrema necesidad. El espacio humanitario se está reduciendo en el noreste de Nigeria, y pedimos al Gobierno de Nigeria que se asegure de que esté protegido", ha añadido.

El coordinador de la Oficina de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas para Nigeria, Edward Kallon, también ha condenado el ataque y anticipado que esta violencia provocará la reducción de la asistencia internacional de la región.

"Las operaciones y las instalaciones de ayuda humanitaria son el sustento de las personas afectadas por la violencia y el conflicto en el noreste de Nigeria que dependen de la asistencia para sobrevivir", ha indicado. "Sigo preocupado por la seguridad de los civiles y los trabajadores humanitarios", añadió.

El coordinador avisa de que el ataque y la consiguiente reducción del apoyo tendrá un impacto negativo en el apoyo a 8.800 desplazados internos y 76.000 personas en la comunidad de acogida que reciben asistencia humanitaria y protección allí.