BEIRUT 1 Jul. (Reuters) -
El Estado Islámico ha instalado cámaras de vigilancia en la ciudad siria de Raqqa, principal bastión del grupo terrorista, porque no cuenta con suficiente personal para patrullar las calles, según ha confirmado este miércoles el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).
El OSDH, grupo que se encarga de supervisar el conflicto, ha asegurado que el grupo terrorista ha enviado a varios de sus miembros en la ciudad de Raqqa a combatir en otras partes de Siria, lo que le ha llevado a reducir las patrullas en esta ciudad en el norte de Siria.
El Observatorio, con sede en Reino Unido y que se encarga de reunir información del conflicto procedente de fuentes locales, ha afirmado que las cámaras también han sido instaladas con el objetivo de proteger a los principales líderes del grupo terrorista en la ciudad, que están preocupados por la posible existencia de espías enemigos.
El Estado Islámico está preocupado de que algunas personas en Raqqa desvelen la ubicación de los dirigentes y sus bases a la coalición militar liderada por Estados Unidos que lucha contra el grupo terrorista, según ha manifestado el líder del Observatorio, Rami Abdulrahman.
Muchos consideran a Raqqa la capital 'de facto' del territorio controlado por Estado Islámico, que se extiende por zonas de Siria e Irak. El grupo terrorista ha tenido que retroceder en zonas del norte del país debido al avance de las milicas kurdas YPG y a sus aliados, los rebeldes sirios, cuya ofensiva ha sido respaldada por ataques aéreos liderados por Estados Unidos.
Este miércoles, las fuerzas kurdas han anunciado que han vuelto a tomar el control de una ciudad en la frontera con Turquía después de que varios milicianos del Estado Islámico rodearan ayer la ciudad para preparar un ataque a mayor escala.
Estado Islámico ha reforzado su control en la ciudad de Raqqa a base de un estricto y violento régimen basado en su extremista interpretación del islam, lo que incluye ejecuciones públicas, la prohibición del alcohol y el tabaco y el establecimiento de un severo código de vestimenta para las mujeres, que están obligadas a llevar burka.
Los yihadistas han impuesto duros controles en las comunicaciones en la ciudad y han tomado el control de servicios públicos básicos como la electricidad y el agua. Además de eso, son los encargados de proporcionar a los ciudadanos sus salarios, de controlar el tráfico y son los responsables de la mayoría de servicios y negocios locales, desde las panaderías a las escuelas.