BEIRUT, 10 Jul. (Reuters/EP) -
El Estado Islámico ha perdido unos 20.000 kilómetros cuadrados de territorio en los últimos 18 meses, una cuarta parte de lo que controlaba en el noroeste de Irak y en Siria, según las estimaciones del grupo de investigación IHS.
En concreto, el grupo controlaba 90.800 kilómetros cuadrados en enero de 2015, seis meses después de declarar el califato. Ahora estaría al mando de unos 68.300 kilómetros cuadrados, lo que implica la pérdida de un área equivalente a la extensión de la isla de Irlanda.
Este retroceso en el terreno militar ha provocado un incremento de los ataques contra civiles en Oriente Próximo pero también en Europa y esta tendencia podría agudizarse en los próximos meses, ha apuntado el IHS.
MÁS ATENTADOS
"A medida que el califato del Estado Islámico se reduce, está cada vez más claro que su proyecto de gobierno está fracasando y por ello vuelve a priorizar la insurgencia", ha apuntado un analista del IHS, Columb Strack.
"Por consiguiente, esperamos que haya desgraciadamente un incremento de los ataques con gran número de víctimas y de los sabotajes contra la infraestructura en Irak, Siria y también en más allá, como en Europa", ha apuntado.
La reciente toma de Faluya por el Ejército iraquí ha desencadenado una oleada de atentados contra los chiíes. El atentado más grave ha sido el de la semana pasada, cuando casi 300 personas murieron por una bomba colocada en una heladería del barrio chií bagdadí de Karrada.
Con Ramadi y Faluya de nuevo bajo control de las fuerzas gubernamentales, ahora el objetivo en Mosul, la ciudad más importante del norte del país.
AVANCE EN SIRIA
En Siria, el Estado Islámico ha perdido terreno tras la intervención de Rusia e Irán en apoyo de las fuerzas del presidente sirio, Bashar al Assad, y a las victorias de las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS), una coalición apoyada por Estados Unidos.
Las FDS tomaron en febrero la ciudad de Shadadi, importante enclave logístico para el Estado Islámico, y en marzo las fuerzas gubernamentales expulsaron a los yihadistas de la histórica ciudad de Palmira y sus inmediaciones.
Ahora, las FDS avanzan en la provincia de Raqqa, cuya capital, llamada también Raqqa, se convirtió en capital 'de facto' del califato islámico en Siria.