MADRID 12 Oct. (EUROPA PRESS) -
Human Rights Watch (HRW) ha denunciado que el Estado Islámico ha perpetrado miles de crímenes contra las minorías étnicas de Siria e Irak. La organización terrorista ha separado a cientos de mujeres de sus familias para obligarlas a casarse con sus milicianos o para ser vendidas como esclavas sexuales. Gran parte de las víctimas son yazidíes, una minoría étnica de kurdos no musulmanes, a menudo obligados a convertirse al islam para salvar sus vidas.
"La letanía de crímenes horrendos del Estado Islámico contra los yazidíes en Irak no deja de crecer", ha dicho el asesor de HRW Fred Abrahams. "Hemos oído historias estremecedoras de conversiones religiosas forzosas, matrimonios forzados e incluso violaciones y esclavitud sexual", ha comunicado. Ha añadido que "varias de las víctimas eran menores".
Varios entrevistados por esta ONG han asegurado que los terroristas capturaron un gran número de yazidíes durante la incursión del Estado Islámico en el Kurdistán iraquí en agosto de este año. A los pocos días, los milicianos separaron a los cautivos en tres grupos: mujeres mayores y madres con niños; mujeres adolescentes y de algo más de 20 años; y hombres.
El número exacto de secuestros es desconocido dado que en las regiones con importante presencia de etnias minoritarias (yazidíes, cristianos, turcomanos y chabaquíes) se ha dispersado la población para tratar de huir del avance yihadista. No obstante, por las entrevistas que han realizado los miembros de HRW, muchos yazidíes aseguran haber visto más de 1.000 secuestros.
NIÑAS TOMADAS COMO ESPOSAS
Una testigo llamada Naveen le ha dicho a esta organización que consiguió escapar con sus cuatro hijos hace un mes. Ha explicado que el Estado Islámico estaba secuestrando a mujeres y niñas para ser tomadas como esposas por sus milicianos. Ha asegurado que muchos de estos terroristas estaban dándoles oro a sus "esposas" como 'mahr', una especie de dote que da el novio a su esposa en el matrimonio musulmán.
Naveen ha asegurado que, en su estancia como cautiva del Estado Islámico en Mosul y Tal Afar, vio cerca de diez mujeres, "algunas de ellas, de 12 o 13 años". Varias de las secuestradas "ya estaban casadas pero aún no tenían hijos", ha explicado. El Estado Islámico prefirió ignorarlo y tratarlas como solteras.
Una chica de 17 años, Adlee, ha dicho que "un hombre grande y barbudo" la cogió de entre un grupo de cautivas y le dijo: "Eres mía". Acto seguido, la metió en un vehículo militar y se la llevó a Faluya, al este de Bagdad. "Nos estaban pegando y abofeteando para someternos", ha revelado. A los dos días, Adlee y otra cautiva planearon escapar. "Mientras nos fue posible, evitábamos que tocaran nuestros cuerpos", ha confesado. "Todo lo que hicieron, lo hicieron por la fuerza".
Otra chica, Rewshe (15 años), también ha podido hablar con HRW. Según ha dicho, en agosto fue apresada durante tres semanas hasta que las tropas yihadistas la llevaron a la ciudad siria de Raqqa junto a su hermana y a otras 200 jóvenes. Un grupo de hombres armados se llevaron a 20 de ellas. Al día siguiente, fue entregada a un miliciano palestino por 1.000 dólares. Estaba siendo vendida como esclava. Esa misma noche, consiguió evitar la agresión sexual a la que pretendía someterla y logró escapar.
La violación se convierte en un estigma en la cultura yazidí. Por esta razón, HRW y otras organizaciones que velan por los Derechos Humanos temen que muchas mujeres se nieguen a reconocer este crimen.
RECLUTAMIENTOS Y CONVERSIONES PARA LA "GUERRA SANTA"
Esta organización terrorista no solo ha capturado mujeres, sino también hombres jóvenes. Un yazidí que consiguió escapar, Jider, ha asegurado haber visto que los islamistas secuestraron a catorce chicos de entre 8 y 12 años. Los hermanos mayores de éstos les preguntaron a los milicianos adónde se los llevaban. "No os preocupéis, les daremos de comer y cuidaremos de ellos. Los llevaremos a una base para instruirlos en el Corán y para enseñarles cómo luchar y cómo participar en la Guerra Santa", decían los soldados.
Jider ha revelado que lo obligaron a él y a otros yazidíes a convertirse al islam en una ceremonia en la que participaron cerca de 200 personas. "Nos obligaron a recitar la profesión de fe islámica tres veces, hasta los niños tuvieron que hacerlo", ha explicado. Jider ha dicho que los islamistas preguntaron en voz alta si había alguien que no quisiera abrazar la fe musulmana. Si alguno se hubiera opuesto, habría sido asesinado en el acto.
El avance del Estado Islámico para afianzar su control sobre estas regiones ha provocado una sistemática violación de los Derechos Humanos. La situación en Siria e Irak se ha convertido en un infierno para estas minorías étnicas y religiosas y para todos aquellos que no comparten los principios de la yihad.