El representante de Ban Ki Moon subraya que no hay alternativa a la formación de un gobierno de unidad nacional
MADRID, 11 Feb. (EUROPA PRESS) -
Entre 3.000 y 6.500 combatientes del autoproclamado Estado Islámico han dado el salto de Siria a Libia desde que se recrudecieron los combates en el primer país. Estos son los cálculos que tiene el representante especial del secretario general de la ONU para Libia, Martin Kobler, que se ha reunido en Madrid con el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación en funciones, José Manuel García-Margallo.
En rueda de prensa conjunta, Kobler ha detallado que de este número, entre el 80 y el 90 por ciento son personas de nacionalidades distintas a la libia, pero fundamentalmente de otros países árabes. Para el representante de la ONU, esta huida a Libia responde a la intensificación de los bombardeos sobre Siria por parte de países de la coalición internacional que combate a Estado Islámico. "Cuanta mayor sea la presión en Siria más se dirigirán a países donde hay un vacío" de poder, como es el caso de Libia, ha añadido.
Kobler también ha considerado muy probable --aunque ha admitido no tener datos concretos-- que el grupo terrorista se esté ya financiando con la venta de petróleo en las zonas que controla en Libia pero ha indicado que el también llamado Daesh puede obtener fácilmente liquidez simplemente robando en las casas, que es donde los libios guardan su dinero.
A pesar de la expansión preocupante de Estado Islámico en Libia, Kobler ha advertido de que "no hay alternativa" al intento de formar un gobierno de unidad nacional como requisito previo para comenzar a reconducir el país. Y hay que conseguir este gobierno "en los próximos días", ha señalado, después de que se haya vuelto a prorrogar a este domingo una decisión final al respecto, con las negociaciones encalladas en torno a quién será el ministro de Defensa en ese gobierno de unidad nacional.
Kobler ha explicado que se necesita urgentemente este ejecutivo de unidad nacional, no sólo para combatir a Daesh sino también para abordar la crisis humanitaria en el país (1,3 millones de libios requieren de ayuda alimentaria, de un total de 6 millones) y para recuperar la actividad de producción de petróleo, ya que la situación financiera del país empeora día a día. Si en 2011 el Banco Nacional Libio --donde se ingresan los beneficios del petróleo-- contaba con 280.000 millones dólares, ahora tiene unos 50.000 millones. La producción de crudo ha caído desde entonces de los 1,6 millones de barriles diarios a 240.000.
FALTA VOLUNTAD POLÍTICA
Ante este panorama, Kobler ha instado a los representantes políticos en Libia --enfrentados entre los que apoyan al Gobierno legítimo de Tobruk y los que están con los rebeldes del Ejecutivo rival de Trípoli-- a que demuestren "voluntad" y se unan en torno al Gobierno de unidad nacional que, ha subrayado, tendría que tener su base en Trípoli.
El representante de la ONU ha remarcado que corresponde a los libios garantizar la seguridad del Gobierno de unidad nacional, así como la lucha contra Daesh, aunque se ha mostrado abierto a que pudiera recibir ayuda de la comunidad internacional si así lo pidiera, por ejemplo en la formación de sus fuerzas de seguridad.
Kobler ha indicado que, por ahora, "no está en la agenda" del Consejo de Seguridad de la ONU imponer sanciones a los elementos que se considere que están torpedeando la formación del Gobierno de unidad nacional, como han planteado algunos países europeos. "Entiendo la impaciencia de algunos (*) pero estoy a favor de cualquier cosa que ayude a promover el proceso político y no de hacer cosas que supongan un obstáculo", ha señalado.
Por su parte, García-Margallo ha reconocido que sin un gobierno de unidad nacional es "muy difícil avanzar en la interlocución con la comunidad internacional" y en la adopción de "eventuales resoluciones" del Consejo de Seguridad de la ONU, del que España forma parte hasta finales de este año.
El ministro ha calificado de "estremecedores" los avances de Estado Islámico en este país y ha comprometido la participación "activa" de España en la colaboración con el Gobierno de unidad nacional libio, cuando se forme.