Expertos descartan el uso de gas mostaza pero insisten en que se trata de un componente tóxico irritante
MADRID, 11 Nov. (EUROPA PRESS) -
Los milicianos del grupo terrorista Estado Islámico han lanzado al menos tres ataques químicos contra la población iraquí de la localidad de Qayara, en el norte de Irak, según ha denunciado este viernes la ONG Human Rights Watch (HRW), que ha alertado de que unas siete personas han sufrido graves quemaduras al entrar en contacto con los agentes tóxicos.
Según la organización, el lanzamiento de elementos de tipo 'vesicante' (irritante) en la urbe, que se encuentra a unos 60 kilómetros de Mosul, vulnera el Derecho internacional y supone un crimen de guerra.
"El uso de químicos tóxicos por parte de los milicianos de Estado Islámico muestra el poco respeto que tienen por la vida humana y los Derechos Humanos", ha indicado la subdirectora de HRW para Oriente Próximo, Lama Fakih.
"Los milicianos están atacando a los civiles que aún permanecen en esas zonas mientras se retiran ante el avance de las fuerzas progubernamentales, lo que aumenta la preocupación de los residentes de Mosul y de otras áreas cercanas", ha añadido.
Las fuerzas progubernamentales, con el apoyo de la coalición liderada en la región por Estados Unidos, han avanzado hacia el norte siguiendo el río Tigris en el marco de una ofensiva para recuperar la ciudad de Mosul, que se encuentra bajo el control de Estado Islámico desde 2014.
Cuando se produjeron los últimos ataques, los milicianos se encontraban a unos seis kilómetros del centro de Mosul, según ha señalado HRW, que ha indicado que, según una quincena de residentes, se trata de los primeros ataques químicos en la zona.
El objetivo de Estado Islámico es el de forzar a los civiles a retirarse a otras poblaciones a medida que intentan impedir el avance de las fuerzas iraquíes, según han manifestado varios civiles. Los portavoces de la coalición han asegurado que, tras analizar los componentes tóxicos, se ha podido descartar el uso de gas mostaza.
Durante el primer ataque, que se registró el 21 de septiembre, un proyectil cayó en el jardín de una vivienda de Qayara, causando quemaduras a varios miembros de una familia y a dos agentes de Policía que intentaban mover el artefacto.
En el marco del lanzamiento que tuvo lugar el 6 de octubre, varios médicos creyeron que se trataba de un gas con alto contenido en cloro, pero después determinaron que se trataba de otro tipo de agente químico. El 10 de octubre, los milicianos lanzaron un artefacto contra una refinería, donde un trabajador sufrió graves quemaduras.
Según la evaluación de Keith B. Ward, experto independiente en detectar los efectos de armas químicas, el característico olor a "ajo" y la irritación de las mucosas indican que lo más probable es que se trate de un componente irritante.
Las quemaduras iniciales, así como la aparición de ampollas en la piel durante los días posteriores al ataque provocan un gran dolor a los afectados, ha aseverado Ward, que ha afirmado que entre las principales consecuencias a largo plazo se encuentran el cáncer, la conjuntivitis crónica y la aparición de úlceras.
HRW ha indicado que el uso de estos productos tóxicos supone una violación de la Convención de Armas Químicas de 1993, la cual fue ratificada por Bagdad en 2009 y establece una prohibición completa del uso de agentes tóxicos, ya sea contra civiles o milicianos.
ANTERIORES ATAQUES
Estado Islámico ha utilizado armas químicas en anteriores ocasiones, lo que incluye el ataque que tuvo lugar en agosto de 2015 contra varios grupos de rebeldes en Siria, según ha informado un comité de investigación de la ONU.
El Gobierno iraquí ha alertado a la población civil de la situación y ha prohibido su permanencia en áreas contaminadas. Además, ha ofrecido tratamiento y supervisión médica a las víctimas, según HRW, que ha instado a las autoridades a buscar ayuda a nivel internacional si la situación empeora.
Desde que comenzó la ofensiva para recuperar Mosul, la organización ha registrado una serie de desplazamientos forzosos por parte de los milicianos, que ha utilizado a los civiles como "escudos humanos" en varios puntos de la urbe.
El grupo terrorista ha ejecutado a decenas de personas por mantener presuntos vínculos con las fuerzas de seguridad del país, según la ONG. "Estado Islámico ha intentado mostrarse como un protector de la población árabe suní en Irak a pesar de que estaría dispuesto a utilizar armas químicas contra ellos en sus propias casas", ha manifestado Fakih.