MADRID, 23 Ago. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Estados Unidos ha pedido elecciones libres y sin violencia en Zimbabue, que celebra este miércoles sus novenas elecciones generales desde la independencia entre desafíos económicos y dudas de organizaciones internacionales de Derechos Humanos sobre el desarrollo de los comicios por la política de represión que ha empañado las esperanzas de un cambio de poder en el país.
"Mientras los zimbabuenses se preparan para acudir a las urnas el 23 de agosto, Estados Unidos pide a todos los actores que se comprometan a celebrar elecciones libres, justas y pacíficas", reza un comunicado del portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, que ha remarcado que "el pueblo de Zimbabue merece la oportunidad de elegir su futuro sin temor a represión o intimidación".
En este sentido, Miller ha mostrado la preocupación de la Administración de Joe Biden "por las recientes acciones previas a las elecciones, incluida la violencia política y la legislación que restringe los Derechos Humanos y las libertades consagradas en la Constitución", al tiempo que ha hecho un llamamiento al Gobierno y líderes políticos "para que garanticen que las elecciones estén libres de violencia o coerción".
"Creemos que el mejor camino hacia la paz y la prosperidad es que los gobiernos respeten el derecho de sus ciudadanos a votar y permitan procesos políticos pacíficos y democráticos", ha agregado el portavoz, que ha aprovechado la ocasión para denunciar la denegación de credenciales a periodistas internacionales y miembros de la sociedad civil para cubrir los comicios.
Washington, que ha remarcado que ha apoyado al pueblo de Zimbabue desde su independencia en 1980, ha hecho hincapié en que no apoya a ningún partido o candidato, aunque ha mostrado su compromiso con el proceso democrático y las aspiraciones a combatir la corrupción y fortalecer el Estado de derecho.
Aproximadamente 6,5 millones de zimbabuenses votarán presidente y diputados en un Parlamento con 350 escaños repartidos entre 270 de la cámara baja, la Asamblea Nacional (60 reservados para mujeres) y 80 del Senado. En ambas cámaras el partido del presidente, Emmerson Mnangagwa, la histórica Unión Nacional Africana de Zimbabue - Frente Patriótico (ZANU-PF), goza de la mayoría, seguida de la Coalición de Ciudadanos por el Cambio (CCC) del líder opositor Nelson Chamisa. Finalmente, el país elegirá a sus representantes en los consejos locales de Gobierno.
Estas tres votaciones decidirán los cinco próximos años de derrotero político en un país todavía inextricablemente ligado a los 15 años de guerra civil (1965-1980) que marcaron su independencia de Reino Unido, su transformación desde la antigua Rodesia hasta el país que existe hoy en día, y la constante doble percepción entre liberador y tirano que pesó, y todavía pesa, sobre sus líderes posteriores, primero Robert Mugabe (expresidente predecesor derrocado tras un golpe militar) y después Mnangagwa, ambos participantes activos en el conflicto, posteriormente aliados incómodos y finalmente cruentos rivales políticos.