WASHINGTON, 29 Sep. (Reuters/EP) -
El Gobierno de Estados Unidos ha anunciado que reducirá en más de la mitad su personal diplomático en Cuba porque no puede "garantizar su seguridad" y ha advertido del riesgo de viajar a la isla, en una medida adoptada como represalia a los supuestos ataques contra trabajadores norteamericanos.
Al menos 21 personas vinculadas a la Embajada estadounidense en La Habana sufrieron daños por unos incidentes acústicos que Washington considera organizados. El Gobierno cubano ha negado públicamente tener cualquier relación con estos hechos.
"Hasta que el Gobierno de Cuba pueda garantizar a Estados Unidos la seguridad de nuestro personal, la Embajada quedará reducida al personal de emergencia para minimizar el número de trabajadores expuestos", ha explicado un portavoz del Departamento de Estado norteamericano en declaraciones recogidas por Reuters.
La orden implica, además, la suspensión "indefinida" de las tramitaciones rutinarias de visados y una alerta generalizada de viaje. "Dado que la seguridad de nuestro personal está en riesgo y no hemos podido identificar la fuente del ataque, creemos que también podrían estar en riesgo los ciudadanos de Estados Unidos y les recomendamos no viajar a Cuba", ha anunciado el portavoz.
El secretario de Estado, Rex Tillerson, ha afirmado en un comunicado que por el momento no tienen información de que ninguna persona ajena al funcionariado se haya visto afectada, "pero los ataques han odurrido en residencias diplomáticas y en hoteles frecuentados por ciudadanos estadounidenses".
Las 21 personas afectadas por los ataques han sufrido "pérdida de audición, mareos, zumbidos, vértigo, problemas visuales, dolor de cabeza, fatiga, problemas cognitivos y dificultad para dormir", según el Departamento de Estado.
Washington ha admitido que ninguno de los dos países ha sido capaz de identificar el origen de estos incidentes, si bien ha señalado a las autoridades cubanas como "responsables de adoptar las medidas apropiadas para impedir ataques contra el personal diplomático".
"La salud, la seguridad y el bienestar de la comunidad de nuestra Embajada es nuestra mayor preocupación. Seguiremos investigando concienzudamente estos ataques hasta que la cuestión quede resuelta", ha advertido Tillerson, que ha confirmado también un compromiso a este respecto por parte del régimen castrista.
En este sentido, ha aseverado que ambas partes están dispuestas a "cooperar" y ha aclarado que las "relaciones diplomáticas" se mantienen, a pesar de las desavenencias.
El aviso supone un nuevo golpe para las relaciones bilaterales, tras varios años de deshielo que parecen haber llegado a su fin con al llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Trump no ha ocultado su malestar con la política de su predecesor hacia la isla y ya ha dejado claro que no levantará el embargo impuesto hace más de medio siglo.
El presidente ha sido interrogado este viernes por la polémica de los ataques antes de abandonar Washington y ha expresado su condenada. "Han pasado cosas malas en Cuba. Cosas muy malas", ha afirmado ante los periodistas, sin querer entrar en detalles sobre posibles medidas futuras.