MADRID, 22 Nov. (EUROPA PRESS) -
El ex comandante serbobosnio Ratko Mladic, conocido popularmente como 'el carnicero de Bosnia', ha intentado hasta el último minuto frenar el fallo que el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) ha dictado este miércoles en su contra por genocidio, crímenes de guerra y de lesa humanidad.
El presidente del TPIY, el juez Alphons Orie, ha tenido que interrumpir la lectura de la sentencia, que ha comenzado en torno a las 10.00, para que el acusado pudiera ir al baño. Lo que en principio era un receso de cinco minutos, se ha prolongado durante más de una hora.
El hijo de Mladic, Darko, ha contado a la agencia de noticias Reuters que su padre ha sufrido una crisis de salud. Según su versión, le han tenido que tomar la tensión y la tenía muy alta. "Estamos muy preocupados (...) Ya ha tenido cuatro infartos", ha explicado.
La defensa, que a lo largo del proceso ha intentado archivar el caso esgrimiendo problemas de salud, ha aprovechado este episodio para pedir un aplazamiento del fallo, pero el TPIY lo ha rechazado y ha decidido seguir adelante con la lectura de su veredicto.
Mladic, enfurecido por esta decisión, ha estallado en gritos. "Están mintiendo, están mintiendo", ha vociferado, de acuerdo con 'The Telegraph'. Orie ha ordenado sacarle de la sala para poder continuar con la sesión y dos guardias del TPIY se lo han llevado a una sala contigua desde donde ha escuchado su condena.
El ex jefe militar, de 74 años de edad, ha sido condenado a cadena perpetua por diez de los once cargos que pesaban en su contra. El TPIY le ha declarado culpable del genocidio de 8.000 hombres y niños bosniacos (bosnios musulmanes) en la localidad de Srebrenica y de crímenes de guerra y lesa humanidad.
"No me sorprende. El Tribunal estaba totalmente parcializado desde el principio", ha dicho su hijo, Darko Mladic, al diario británico tras conocer las conclusiones de La Haya. Mladic podrá recurrir la sentencia, pero el caso se ventilará ante el Mecanismo Residual de Tribunales Penales de la ONU, que asumirá las causas pendientes del TPIY, cuyo mandato expirará el 31 de diciembre tras más de 20 años de trabajo y 161 casos.