El atleta, que ha pedido asilo en Brasil, teme ser encarcelado o asesinado si vuelve
LONDRES, 26 Ago. (Thomson Reuters Foundation/EP) -
Las autoridades de Etiopía hecho referencia al atleta Feyisa Lilesa como "héroe nacional" y han garantizado públicamente que no correrá ningún peligro si decide regresar al país tras haber denunciado la situación de la población oromo, su pueblo natal, al finalizar en segundo lugar el maratón de los Juegos Olímpicos de Río.
El gesto de Lilesa, que sostuvo los brazos sobre su cabeza con las muñecas cruzadas después de cruzar la línea de meta, constituye un símbolo de la resistencia oromo, un pueblo que lleva casi un año manifestándose contra el Gobierno etíope para frenar un plan de industrialización que afecta a las tierras que rodean Addis Abeba y que pertenecen a los oromo.
"Siempre será bienvenido. Fue seleccionado de entre muchos porque es uno de los mejores atletas, no por su opinión política", ha señalado Getachew Reda, ministro de Comunicación de Etiopía.
"Es nuestro héroe y esa es una razón suficientemente buena para que deseemos su regreso a casa. No creo que necesite la garantía de nadie. Es más que bienvenido", ha aseverado Reda.
ASILO POLÍTICO EN BRASIL
Lilesa manifestó este jueves temer por su vida si regresaba al país y confirmó que había pedido asilo político en Brasil. "Ellos matan sin que el mundo lo sepa, encarcelan y tampoco se lo dicen a nadie. ¿Cómo puedo creer que no me pasará nada?", ha indicado Lilesa.
"Sé que sería encarcelado o asesinado, que no podría participar en ninguna otra competición internacional. Estoy bastante seguro de que me pasarían esas cosas si regresara", ha zanjado. La región de Oromía está constituida por más de 25 millones de oromos, que reivindican su derecho al territorio.
Las manifestaciones comenzaron en 2015, cuando el Gobierno quiso poner en marcha un plan de industrialización de la región, lo que supondrá la expulsión de un gran número de agricultores de la zona. Las protestas se han extendido a otras partes del país, donde varias organizaciones y grupos en defensa de los Derechos Humanos estiman que unos 500 manifestantes han muerto durante los últimos nueve meses.
Naciones Unidas ha pedido a las autoridades etíopes que permitan la entrada de observadores internacionales para velar por los derechos del pueblo oromo, que representa el 25 por ciento de los 90 millones de habitantes que constituyen la población del país africano.