Avisa de que el veto alimenta el sentimiento antieuropeo
BRUSELAS, 12 Jul. (EUROPA PRESS) -
El pleno del Parlamento Europeo ha exigido este miércoles a los gobiernos europeos que permitan la entrada de Rumanía y Bulgaria al espacio sin fronteras Schengen antes de que acabe este 2023, al tiempo que ha avisado de que el bloqueo --propiciado por el veto de Austria y Países Bajos-- no hace sino "alimentar el sentimiento antieuropeo" y lastrar la economía de estos dos países miembros de la Unión Europea.
La Eurocámara cree que la entrada de Rumanía y Bulgaria en Schengen está siendo "instrumentalizado por la propaganda antieuropea, incluida la propaganda rusa" y lastra la capacidad de la UE de promover sus valores y buena gestión en países terceros.
Además, piden a la Comisión Europea que calcule los daños económicos para estos dos países por su ausencia "injustificada" en Schengen desde 2011 y que estudie la posibilidad de compensarles financieramente por ello.
Con una resolución adoptada en Estrasburgo (Francia) con 526 votos a favor, 57 en contra y 42 abstenciones, los eurodiputados lamentan que los Veintisiete cerraran de nuevo la puerta de Schengen a Rumanía y Bulgaria en diciembre del pasado año "sin aportar ninguna justificación jurídica ligada a los criterios de adhesión" para sostener el veto.
Además advierten de que la ampliación de Schengen redundaría en una Unión Europea "más fuerte" y subrayan que todos los Estados miembro del club comunitario tienen derecho a unirse al espacio sin fronteras cuando están preparados y cumplen los criterios marcados por la Comisión Europea, institución que defiende el ingreso de Rumanía y Bulgaria desde hace años.
El hecho de que estos dos países no formen parte de Schengen supone que sus ciudadanos y empresas sufren trabas burocráticas, retrasos en procedimientos y costes adicionales cada vez que viajan o que realizan actividades económicas fuera de su territorio, según alertan los eurodiputados en su resolución.
Los eurodiputados también critican que, además de lastrar el mercado único, la exclusión de Rumanía y Bulgaria del espacio Schengen genera un "daño irreparable" en términos medioambientales por las cerca de 46.000 toneladas de emisiones de CO2 que, estiman, se generan en torno a las fronteras de estos dos países por las colas de vehículos en los controles de paso.