BRUSELAS, 16 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Parlamento Europeo ha expresado este jueves su condena a la sistemática persecución política en Guinea Ecuatorial, en particular tras la muerte el pasado enero del opositor con nacionalidad española Julio Obama Mefuman, y ha reclamado a la Unión Europea que tome cartas en el asunto e imponga sanciones por violaciones de derechos.
En una resolución parlamentaria aprobada casi por unanimidad, con solo 6 votos en contra y 19 abstenciones, los eurodiputados instan a la UE a adoptar sanciones contra los miembros del régimen de Teodoro Obiang implicados en violaciones de Derechos Humanos, a la vista de la violencia política en el país.
El texto denuncia la muerte bajo custodia de uno de los principales disidentes al régimen de Obiang, al que responsabilizan del caso y al que reclaman la repatriación del cuerpo. En este sentido, la Eurocámara pide a las autoridades ecuatoguineanas que libere a otros tres miembros de su formación política que se encuentran encarcelados y cooperen con las autoridades judiciales españolas.
Igualmente, apremia a los Veintisiete a que muevan ficha para exigir el fin de toda persecución política en el país y demanden una investigación independiente sobre la muerte de Obama Mefuman sobre la situación de los presos políticos.
La resolución fue impulsada por los grupos españoles de Ciudadanos y PSOE, que han señalado la importancia de aprobar la resolución. "20 años después de la última resolución sobre Guinea Ecuatorial, este Parlamento rompe su silencio y condena y responsabiliza al régimen ecuatoguineano de la muerte de Obama", ha valorado el eurodiputado 'naranja' Jordi Cañas.
En este sentido, ha recalcado que el régimen de Obiang "persigue y acosa a la oposición política en el interior y el exterior del país ejecutando secuestros, torturas y asesinatos extrajudiciales".
Por su lado, el eurodiputado 'popular' Gabriel Mato ha insistido en que la UE y sus Estados miembros deben contribuir a poner freno a la continua violación de los Derechos Humanos en el país y considerar "de una vez por todas que en las relaciones internacionales no deben primar los intereses, sino los valores".