MÚNICH, 5 Feb. (Reuters/EP) -
La canciller alemana, Angela Merkel, ha manifestado su oposición a la convocatoria de elecciones en Egipto a corto plazo alegando que el proceso de reformas democráticas aún está en sus inicios. De la misma opinión se han mostrado el primer ministro británico, David Cameron, y el presiente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.
"Las celebración elecciones apresuradas al comienzo de un proceso de democratización probablemente sea un planteamiento erróneo", ha afirmado Merkel durante su intervención ante la Conferencia de Seguridad de Múnich, en Alemania. Merkel puso como ejemplo su experiencia como activista prodemocrática durante la época de la caída del Muro de Berlín, en 1989.
"Si hay primero unas elecciones, las nuevas estructuras (de diálogo político y toma de decisiones) no tienen ninguna oportunidad de desarrollarse", apuntó.
Este llamamiento a la cautela ha tenido su reflejo también en las palabras de Cameron, y en las de Van Rompuy, quienes han defendido la importancia de un proceso previo de consolidación de una tradición de tolerancia y justicia para una auténtica democracia.
Los tres repitieron la demanda de una rápida "transición", palabra clave del discurso diplomático sobre la revuelta en Egipto y que parece encubrir una petición de dimisión del presidente Hosni Mubarak.
"No creo que podamos resolver los problemas del mundo dándole a un interruptor y celebrando elecciones (...). Egipto es un buen ejemplo de ello", ha afirmado Cameron en su intervención ante la conferencia.
Los analistas advierten, sin embargo, de que este discurso de los dirigentes europeos reticente a la celebración de elecciones libres podría interpretarse en la región como una prueba del temor a una victoria islamista en Egipto. En resumen, sería un doble rasero de los países occidentales que sólo apoyan la democracia cuando el resultado de las elecciones no les sea desfavorable.