KABUL, 4 May. (Reuters/EP) -
El que fuera jefe militar de los muyahidines afganos Gulbuddin Hekmatyar ha regresado este jueves a Kabul, después de dos décadas en la clandestinidad, pidiendo la paz a los talibán y criticando al Gobierno, respaldado por Occidente, del que ha dicho que no está funcionando.
Los comentarios de Hekmatyar en una ceremonia celebrada en el palacio presidencial resaltan las complicaciones que probablemente van a enfrentarlo con el presidente, Ashraf Ghani, con quien firmó un acuerdo de paz en 2016. Hekmatyar ha aparecido en Kabul con la intención de reforzar su estatus como una nueva fuerza en la escena política.
Decenas de camionetas con hombres armados y banderas afganas han atravesado la capital para trasladar a Hekmatyar desde Jalalabad, la ciudad oriental donde ha estado en los últimos días, hasta Kabul. Tras llamar "hermanos" a sus antiguos aliados talibán, Hekmatyar se ha presentado como un mediador capaz de traer la paz, algo que, según ha afirmado, terminaría con la justificación de la presencia de tropas extranjeras en Afganistán.
Ghani y los estadounidenses han perseguido durante mucho tiempo una paz negociada con los talibán, pero la insurgencia ha ganado terreno en los últimos años. "La cuestión más importante para mí es poner fin a esta guerra y rescatar al país de la crisis", ha dicho Hekmatyar, quien ha pedido a países vecinos como Pakistán e Irán que no interfieran.
UN PASO IMPORTANTE
El líder de Hezb-e-Islami ha explicado que aceptó la Constitución elaborada tras la campaña dirigida por Estados Unidos que expulsó a los talibán en 2001, pero quiso que se enmendara argumentando que un sistema parlamentario no era apropiado para Afganistán.
El Gobierno de unidad nacional, liderado por Ghani y por el presidente ejecutivo Abdulá Abdulá, y negociado por Washington después de las disputadas elecciones de 2014, "no funciona", ha declarado Hekmatyar, "y Ghani o Abdulá deberían renunciar", ha añadido.
"Esto no es lo adecuado para la situación actual del país", ha declarado Hekmatyar, quien ha añadido que no está buscando ninguna posición formal para sí mismo. "No estoy aquí para la asociación, no tengo condiciones, no quiero ministerios", ha declarado.
Hekmatyar ha hecho un llamamiento a los políticos, muchos de los cuales mantienen a sus familias en el extranjero. "Traigan a sus familias de vuelta a Afganistán, yo he vuelto con la mía", les ha pedido.
Los socios internacionales han acogido de forma positiva la propuesta de Hekmatyar. Los talibán, por su parte, no han confirmado la aceptación de ningún trato con Hekmatyar. Ghani, por su parte, se ha mostrado agradecido y ha declarado que el pueblo afgano quiere paz y prosperidad.
"Hemos prometido a la nación que allanaremos el camino para la paz y hoy se ha dado un paso importante", ha afirmado Hekmatyar.
En los últimos días, carteles con su imagen se han podido ver por toda la ciudad, sin embargo, la llegada de Hekmatyar podría alimentar divisiones étnicas y complicar la ya difícil relación de Ghani con Abdulá, uno de los rivales de Hekmatyar en la guerra civil.