NUEVA YORK, 11 Dic. (Reuters/EP) -
Las personas árabes y musulmanas que tras los atentados del 11-S fueron detenidas bajo duras condiciones por cuestiones religiosas y étnicas podrán demandar a ex altos cargos de seguridad del Gobierno de George W. Bush, tras un dividido dictamen emitido este viernes por el Tribunal Federal de Apelaciones.
El Segundo Tribunal de Apelaciones de Nueva York ha acordado, tras un empate a seis votos, no revisar el caso, manteniendo una decisión judicial anterior. La celebración de una nueva audiencia debe ser aprobada por una mayoría de los miembros de la sala, aunque el tribunal neoyorquino raramente concede revisiones, en los dos últimos años solo se ha vuelto a escuchar un caso.
Los demandantes fueron arrestados por violaciones menores de las normas de inmigración, aunque finalmente fueron absueltos de cualquier vinculación terrorista, tal como se expone en la demanda presentada en el 2002. La decisión tomada este viernes por el Tribunal allana el camino para un posible juicio ante un tribunal federal.
Los litigantes denuncian que fueron recluidos bajo confinamiento solitario durante 23 horas cada día y que fueron sometidos a privaciones del sueño por razones de religión o etnia.
Los demandados son altos cargos que pertenecían a la Administración del ex presidente George W. Bush, entre los que se incluyen el antiguo fiscal general John Ashcroft, el ex director de la Agencia Federal de Investigación (FBI) Robert Mueller y el antiguo comisario del Servicio de Adaptación James Ziglar.
Los seis jueces que votaron a favor de volver a escuchar el caso han señalado que el Tribunal no ha tenido en consideración "los retos sin precedentes" a los que tuvieron que enfrentarse los altos cargos estadounidenses tras el atentado del 11 de septiembre de 2001, en el que murieron cerca de 3.000 neoyorquinos.
Dos jueces que votaron en contra han afirmado que las restrictivas condiciones que siguieron a los ataques surgieron como resultado del "miedo y la histeria" que sacudieron Nueva York, llegando a considerar sospechoso a alguien "simplemente" por su "apariencia, creencias o lengua madre".
El fallo del tribunal se ha producido días después de que el precandidato republicano a las presidenciales Donald Trump solicitara una prohibición temporal de la entrada de extranjeros musulmanes al país, una semana después de producirse la masacre de San Bernardino, lo que ha generado críticas tanto dentro como fuera de las fronteras de Estados Unidos.