MADRID 10 Ago. (EUROPA PRESS) -
El exfiscal jefe del Tribunal Penal Internacional (TPI), el argentino Luis Moreno Ocampo, ha calificado de "significativo" avance el reconocimiento en todo el mundo del genocidio yazidí, y ha asegurado que no escatimará esfuerzos por ayudar a las víctimas de las atrocidades del autodenominado Estado Islámico.
En una entrevista con el portal kurdo 'Rudaw', Moreno Ocampo ha recordado que los yazidíes "han logrado escapar" de manos de Estado Islámico y que "conseguir huir del genocidio es la razón por la que ahora están en Europa". El exfiscal, que recientemente ha visitado a varios supervivientes yazidíes en Irak, se ha mostrado "preparado" para hacer lo que esté en su poder "para ayudarlos".
"Queremos que la Justicia se lleve a cabo", ha añadido. Ocampo, junto a un grupo de activistas yazidíes, ha visitado el campamento para refugiados de Petra Olympia, donde se encuentran cerca de 1.300 yazidíes. Entre los acompañantes de Ocampo se encuentra Nadia Murad, una yazidí que logró escapar de manos de Estado Islámico, de quien fue esclava.
Murad, de 21 años de edad, fue raptada en un pequeño pueblo iraquí por Estado Islámico en agosto de 2014 y llevada al bastión de la organización en la región, Mosul, donde cientos de mujeres y niños yazidíes son intercambiados entre los milicianos como regalos. Murad fue torturada y violada antes de que consiguiera escapar, tres meses después. Ahora vive en Alemania.
Que Irak no sea miembro del TPI dificulta considerablemente que el tribunal pueda condenar cualquier tipo de crimen en masa en el país. Sin embargo, el Gobierno regional del Kurdistán ha indicado que cooperará totalmente con el TPI para presentar cargos internacionales contra los agresores de Estado Islámico involucrados en el asesinato masivo del pueblo yazidí.
1.800 MUERTOS
Muchos supervivientes yazidíes han asegurado en el pasado que los locales no yazidíes de la zona de Sinyar, en el noroeste de Nínive, muy cerca de la frontera siria, se han unido a Estado Islámico para ayudar a los milicianos a identificar a las familias yazidíes de entre los musulmanes.
La semana pasada, Abas Jider Silo, de 22 años, denunció cómo el grupo yihadista ejecutó a 51 correligionarios al negarse a abandonar su fe para convertirse al Islam. Los milicianos abrieron fuego y mataron a todos sus correligionarios: sólo él se salvó del fusilamiento masivo.
En la zona de Sinyar ya han sido asesinados cerca de 1.800 yazidíes, la mayor parte en ejecuciones de este tipo: masivas, y en sus propios barrios. Al menos 400 personas han muerto en la localidad yazidí de Kocho, muy cerca de Sinyal, según testigos.
Una convención de la ONU de 1948 define el concepto de genocidio como el intento de destruir un grupo nacional, étnico, racial o religioso, bien sea mediante el asesinato o cometiendo otro tipo de atrocidades contra él.
Naciones Unidas ya alertó en marzo que Estado Islámico podía estar cometiendo graves violaciones contra los yazidíes y reclamó al Consejo de Seguridad que trasladase este caso ante el TPI, del que ni Irak ni Siria son estados parte.