Exguerrilleros de las FARC reconvertidos en instructores de rafting en la selva colombiana

Exmiembros de las FARC lanzan un proyecto turístico en el sur de Colombia
REUTERS / LUISA GONZALEZ
Actualizado: lunes, 12 noviembre 2018 17:55


MIRAVALLE (COLOMBIA), 12 (Reuters/EP)

Nueve exguerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se han reintegrado en la vida social colombiana lanzando en la selva del sur de Colombia una empresa de rafting que ofrece a sus clientes un vertiginoso descenso por las turbulentas aguas del río Pato.

Los excombatientes cambiaron sus armas, trajes de combate y mochilas con 50 kilos de peso por cascos de seguridad y chalecos salvavidas, como parte de un proyecto para atraer turistas a la jungla donde lucharon contra el Gobierno durante más de 50 años.

El proyecto forma parte del proceso de reintegración a la sociedad de algunos de los 13.000 integrantes de las desaparecidas FARC, entre ellos más de 6.000 combatientes, que se acogieron al acuerdo de paz firmado en 2016 con el Ejecutivo para acabar un conflicto que dejó 260.000 muertos y millones de desplazados.

Duberney Moreno, pasó 13 de sus 34 años, como guerrillero. "En el conflicto la situación en esta región era muy dura, toda la vida hubo plomo y bombas, todo el tiempo", ha recordado, al hablar de un contexto que ahora "ha cambiado mucho". "Viene mucha gente a ver las cascadas, la montaña, el río, hay tranquilidad, ya no suenan balas, no suenan bombas, todo es diferente", ha afirmado.

Moreno, junto a otros ocho exguerrilleros, recibió 200 horas de formación en Costa Rica y logró certificarse como guía por la Federación Internacional de Ráfting.

Además del descenso por el río, los visitantes a esta zona montañosa y selvática del departamento de Caquetá pueden hacer senderismo y avistamiento de fauna. Para el futuro, se proyecta un plan de alojamiento de 20.00 dólares y vincular a otros exguerrilleros para tareas de alimentación y transporte de turistas desde San Vicente del Caguán, el centro urbano más cercano.

PROCESO CLAVE PARA LA REINTEGRACIÓN

La reincorporación a la vida civil es un elemento fundamental para garantizar que los exmiembros de las FARC no regresan al campo de batalla con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), innumerables bandas criminales dedicadas al narcotráfico o los disidentes que se negaron a desmovilizarse.

Tras la firma del acuerdo de paz, muchos de los exintegrantes del grupo rebelde regresaron a sus lugares de origen para reunirse con sus familias, pero otros se quedaron en 24 zonas a lo largo y ancho del país, en donde han construido ciudadelas con un modelo comunitario con el que buscan sobrevivir en un país con una elevada pobreza y alto desempleo.

Actualmente, unas 5.000 personas que formaron parte de las FARC, como las 94 de Miravalle, viven en esos espacios y en sus alrededores. Con el apoyo del gobierno y la seguridad que les brindan las Fuerzas Militares y la Policía Nacional, impulsan proyectos de agricultura, ganadería, piscicultura, zapatería, ebanistería, confecciones y ahora turismo.

La jefa adjunta de la Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia, Jessica Faieta, considera "muy alentador" ver este tipo de proyecto, en la medida en que demuestran la "transformación" de los excombatientes. "Son estas iniciativas a las que hay que seguir apoyando, esto da confianza en el proceso de paz", ha declarado tras el recorrido de rafting.

"Estos proyectos son los que van a asegurar que los excombatientes que han dejado las armas sigan en su camino de la reincorporación y transformen su vida, sus fuentes de ingreso en actividades licitas y de beneficio para su comunidad", ha añadido.

Los excombatiente en proceso de reincorporación a la vida civil han aportado parte de los recursos monetarios que recibieron en el momento de la desmovilización, a lo que se suman contribuciones de la comunidad internacional y del Gobierno, que aprobó un presupuesto de 1,6 millones de dólares para casi 300 proyectos.

ALTERNATIVAS DE TURISMO

Colombia, rodeada por dos océanos, ofrece gran cantidad de activos que incluyen playas, montañas, selvas, nieves, avistamiento de aves y ciudades con una gran oferta de servicios y posibilidades de compras. El acuerdo de paz ha permitido aumentar el número de turistas colombianos y extranjeros.

El presidente, Iván Duque, confía en que el turismo sea el nuevo motor de la cuarta economía de América Latina, "el nuevo petróleo de Colombia". Más de 3,3 millones de extranjeros visitaron Colombia en 2017, un 23,9 por ciento más en comparación con los 2,6 millones en 2016, según estadísticas oficiales.

Las cifras de los últimos dos años son más del doble que las de 2010 y años anteriores, cuando un poco más de 1,4 millones de extranjeros llegaban al país en pleno conflicto con las FARC y en medio de advertencias por temores de ataques y secuestros. El Gobierno estima ahora que el turismo puede generar alrededor de 6.000 millones de dólares anuales y unos 300.000 empleos.

Entre los exguerrilleros, cunde ya el optimismo. "Que conozcan el río, la naturaleza, que hablen con nosotros (...) somos personas de bien, personas buenas, queremos la paz y creemos que una Colombia diferente es posible", ha asegurado Moreno desde una de las playas del Pato.

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