MADRID, 17 May. (EUROPA PRESS) -
Las tropas leales al mariscal de campo Jalifa Haftar han realizado este martes una exhibición de fuerza en el tercer aniversario del inicio de la 'Operación Dignidad' contra las milicias islamistas en la localidad de Benghazi.
El acto ha tenido lugar en la localidad de Tocra, ubicada unos 70 kilómetros al este de Benghazi, y ha contado con un desfile militar en el que han participado 12.000 miembros de las Fuerzas Armadas, así como con un espectáculo aéreo.
El propio Haftar ha dado un discurso en el que ha prometido que no dejará la capital, Trípoli, a "criminales", recalcando que "no se plegará ni sucumbirá" ante los "terroristas" en Benghazi.
"Quieren derrocar el Ejército y el Estado. No permitiremos a los terroristas derribar nuestro país", ha dicho, según ha informado el diario local 'The Libya Herald'. "Hemos dado mucho para llegar a donde estamos", ha añadido.
Los actos han contado con la presencia del presidente de la Cámara de Representantes --el Parlamento del este del país--, Agila Salé; el primer ministro del gobierno asentado en Tobruk, Abdulá Zini, y su ministro de Exteriores, Mohamed Dayri.
Benghazi ha sido uno de los puntos clave en las confrontaciones en el país desde que el mariscal de campo Jalifa Haftar --quien encabeza el citado ejército-- lanzara en mayo de 2014 la 'Operación Dignidad' contra las milicias islamistas.
Si bien en ese momento era Ansar al Sharia --ligada a la organización terrorista Al Qaeda-- la que tenía mayor peso en la ciudad, en la actualidad es el grupo yihadista Estado Islámico el que cuenta con más milicianos.
La ofensiva de Haftar ha sido renovada durante los años, y en febrero de 2016 arrancó bajo el nombre 'Operación Sangre de los Mártires', logrando arrinconar a los yihadistas en varios barrios, entre ellos Ganfuda.
La ciudad ha sido uno de los focos de los combates desde el derrocamiento y ejecución a manos de los rebeldes de Muamar Gadafi en octubre de 2011, que derivó en la división del país en tres gobiernos enfrentados y respaldados por diferentes milicias.
El Gobierno de unidad surgido tras un acuerdo mediado por Naciones Unidas se instaló recientemente a la capital para intentar unificar el país políticamente, aunque por el momento la situación sigue altamente fragmentada.
Haftar y el gobierno asentado en el este del país se han negado a reconocer la autoridad del gobierno de unidad, y el mariscal de campo ha tildado de "terroristas" a las tropas leales al mismo.
Sin embargo, la situación sufrió un cambio a principios de mes después de un encuentro entre Haftar y el primer ministro del gobierno de unidad, Fayez Serraj, en la que acordaron celebrar elecciones antes de marzo de 2018. El pacto no ha sido aún ratificado.
Por contra, Jalifa Gwell, líder del autoproclamado Gobierno de Salvación de Libia, instaurado tras su intento de golpe de Estado de octubre, rechazó el acuerdo y pidió un proceso interno para resolver la fragmentación que sufre el país, con tres gobiernos.
El intento de golpe estuvo encabezado por Gwell --quien ya fuera primer ministro de otro gobierno autoproclamado con sede en Trípoli--, quien ganó apoyos en las semanas posteriores gracias a los crecientes respaldos anunciados por diversas milicias que operan en el oeste del país y en la propia capital.