MADRID, 18 Feb. (EUROPA PRESS) -
El expresidente de Mozambique Armando Guebuza (2005-2015) ha intentado implicar este viernes al actual jefe del Estado, Filipe Nyusi, en la macrocausa que investiga el desfalco de unos 2.000 millones de dólares.
Cuestionado como testigo, Guebuza ha señalado que Nyusi, entonces jefe del comando operativo, estaría en mejores condiciones para responder sobre el destino de 500 millones de dólares de deuda que se incorporaron al presupuesto del Ministerio de Defensa.
"El coordinador del comando operativo era el ministro de Defensa y luego fue elegido presidente de la república. Él es a quien deben preguntar sobre esta información", ha respondido Guebuza en la improvisada sala que se ha levantado frente a la prisión de Machava, en Maputo debido al gran número de acusados.
Entre 2013 y 2014, en pleno segundo mandato, tres empresas públicas obtuvieron préstamos con los que se pretendía financiar una serie de proyectos de vigilancia marítima, pesca y construcción naviera. Finalmente, ninguno de estos proyectos salió adelante y la deuda contraída con fondos y bancos internacionales se ocultó.
Hasta el momento, hay 19 personas acusadas por participar en esta trama por diversos delitos, ya sea chantaje, falsificación, malversación de fondos y lavado de dinero. Entre ellos está el hijo del expresidente, Ndambi Guebuza.
El Gobierno no se ha manifestado al respecto. Quien sí lo ha hecho ha sido el juez de este proceso, Efigénio Baptista, que ha calificado de "populistas" las pretensiones del Colegio de Abogados de Mozambique (OAM) --que actúa como asistente de la Fiscalía-- de interrogar a Nyusi, informa la agecia de noticias Lusa.
La violación de estos acuerdos provocaron varias causas judiciales en ciudades como Nueva York, Londres y Johannesburgo, en las que se han visto involucrados el exministro de Economía Manuel Chang, o entidades financieras extranjeras como Credit Suisse, o la constructora naval Privinvest Group, que ya intentaron involucrar también al ahora presidente Nyusi.
Mozambique se ha negado a pagar cerca de 1.200 millones de dólares en préstamos al suizo Credit Suisse y al ruso VTB Capital y solo ha abonado los 850 millones de dólares de la deuda que contrajo con la construcción de una flota atunera, alegando que dichos créditos estaban inflados con sobornos.