MANILA 9 Mar. (Reuters/EP) -
Un expolicía que confesó formar parte de un "escuadrón de la muerte" durante el mandato del actual presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, como alcalde de Davao ha asegurado este jueves que no le tiene miedo y que cree que otros cuatro miembros de su equipo también testificarán.
Arturo Lascanas ha asegurado, en una entrevista concedida a Reuters, que se siente más seguro y en paz después de haber admitido públicamente su papel en más de 200 ejecuciones extrajudiciales en Davao, cuando Duterte era un alcalde obsesionado con acabar con la delincuencia.
"Estoy feliz porque sé que todavía otros me seguirán y revelarán los homicidios cometidos en Davao", ha asegurado Lascanas.
Los grupos de Derechos Humanos han registrado cerca de 1.400 ejecuciones sospechosas en Davao durante los 22 años en los que Duterte fue alcalde. Los críticos aseguran que la guerra antidroga, que comenzó Duterte hace 18 meses, tiene las mismas características.
Al menos 8.000 personas han muerto en la lucha contra las drogas de Duterte, un tercio de ellas en operaciones policiales, algo que las autoridades niegan.
MIEDO EN LA SOMBRA
"Conozco a algunas personas en mi grupo, dos expolicías y dos civiles, que están pensando en realizar confesiones públicas porque sienten que estarán más seguros si salen a la luz que siendo eliminados si se esconden en la sombra", ha señalado Lascanas.
Duterte ha negado haber ordenado las ejecuciones, ya sea como alcalde o como presidente. El jefe de Policía, Ronald de la Rosa, un excomandante de Policía en la ciudad de Davao, ha asegurado que el "escuadrón de la muerte" es "ficticio".
Lascanas ha señalado que tiene miedo por la seguridad de su familia después de un intento de secuestro de su hijo en diciembre de 2016 y de que su hija le informara de que había hombres sospechosos vigilando su casa. "Todo es arriesgado ahora. Ya he concienciado a mi familia para que acepte cualquier cosa que me pase", ha señalado.
El expolicía también ha corraborado algunas historias de Edgar Matobato, un sicario que confesó en septiembre de 2016 haber matado a más de 50 personas por instrucciones de Duterte.
Tanto las audiencias de Lascanas como la de Matobato han sido suspendidas debido a la falta de pruebas de que el escuadrón de la muerte existiera. Los aliados de Duterte han ridiculizado a ambos y han asegurado que sus alegaciones son inventadas.