NAIROBI, 23 Dic. (Reuters/EP) -
Un exalto oficial del Ejército de Burundi que dejó las Fuerzas Armadas este año, Edouard Nshimirimana, ha anunciado este miércoles la creación de una nueva fuerza política opositora al presidente, Pierre Nkurunziza, cuya reelección para un tercer mandato ha sumergido al país en la crisis.
El partido de la Fuerza Republicana de Burundi (FOREBU) es el último desafío al Gobierno de Nkurunziza protagonizado por un oficial militar, después de que en mayo se enfrentara a un golpe de Estado.
"Desde que Nkurunziza se hizo con el poder hace diez años, el país y los burundeses están fría y escandalosamente tomados como rehenes por una dictadura sangrienta encarnada en un presidente irresponsable y en un sistema sin futuro político", ha criticado Nshimirimana en un comunicado.
El presidente anunció en abril su deseo de gobernar durante un tercer mandato, para el que fue reelegido en julio en unas polémicas elecciones a las que la oposición no se presentó. Nshimirimana ha recordado que el tercer mandato viola el pacto que puso fin a la guerra civil, la cual duró doce años y enfrentó a grupos rebeldes de la mayoría étnica hutu, a la que pertenece Nkurunziza, contra el Ejército de la minoría tutsi.
Las declaraciones de Nshimirimana no especifican si la acción militar está implícita en su intento por sacar a Nkurunziza del poder ni si cooperará con otros generales rebeldes, que han asegurado que recurrirán a la fuerza para derrocarlo.
UN EJÉRCITO DIVIDIDO
La noticia ha aumentado las preocupaciones por que la violencia en Burundi pueda derivar en un conflicto peor, y ha encendido las alarmas sobre la unidad de las Fuerzas Armadas, las cuales fueron reformadas después de que terminase la guerra civil en 2005. Ahora, incluyen una mezcla de combatientes rebeldes y tropas profesionales y los expertos dicen que se podrían fragmentar.
Nshimirimana también ha explicado que las reformas de la posguerra de las Fuerzas Armadas han sido "una integración exitosa", pero que las acciones de Nkurunziza las han dejado "profundamente divididas". "Después de que las Fuerzas Armadas perdieran su honor, Pierre Nkurunziza no merece ser el comandante supremo", ha añadido.
No obstante, el Gobierno ha rechazado en repetidas ocasiones la posibilidad de que el Ejército pueda fragmentarse, asegurando que está unido a través de los rangos. Asimismo, ha insistido en que Nkurunziza tiene derecho a gobernar nuevamente y ha señalado una sentencia del Tribunal Constitucional.
Los enfrentamientos en Burundi ya han agitado una región donde los recuerdos del genocidio de Ruanda de 1994 todavía están presentes, lo que ha llevado a la Unión Africana a sugerir el envío de fuerzas de mantenimiento de la paz, una propuesta a la que el Gobierno se niega.
Los esfuerzos internacionales durante meses para iniciar el diálogo político se han estacando. En un último intento, Uganda, como mediador regional, albergará el 28 de diciembre las conversaciones entre el Gobierno y sus oponentes.