MADRID, 17 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un experto en Derechos Humanos de la ONU ha instado este viernes a Reino Unido a detener los vuelos de deportación de solicitantes de asilo a Ruanda y ha expresado su "grave preocupación" por la violación por parte de Londres del Derecho Humanitario.
"Existen graves riesgos de que se infrinja el principio del Derecho Internacional de no devolución al transferir por la fuerza a los solicitantes de asilo a Ruanda", ha explicado la relatora especial de la ONU sobre la trata de personas, Siobhán Mullalli, desde Ginebra.
En este sentido, ha acogido "con satisfacción" las medidas provisionales aplicadas con urgencia por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que provocó la suspensión de un vuelo programado para salir con un pequeño número de migrantes hacia la capital del país, Kigali.
Hay que recordar que el acuerdo con Ruanda permite a las autoridades británicas enviar al país africano a los solicitantes de asilo que crucen el Canal de la Mancha. Dicha inicitiva está dotada con 120 millones de libras --144 millones de euros-- y se centra, sobre todo, en hombres sin cargas familiares que lleguen a Reino Unido a través de embarcaciones o camiones.
"Transferir a los solicitantes de asilo a terceros países no hace nada para prevenir o combatir la trata de personas, de hecho, es probable que empuje a las personas desesperadas a situaciones más riesgosas y peligrosas", ha expresado Mullalli.
Así, ha indicado que esta medida, muy criticada por organizaciones internacionales, "en lugar de reducir la trata de personas, es probable que aumente los riesgos de explotación", según un comunicado de Naciones Unidas.
"Existen salvaguardias inadecuadas para garantizar que las víctimas de la trata o las personas en riesgo de serlo sean identificadas, se les preste asistencia y se les asegure el acceso efectivo a la protección internacional. Se arriesgan a una mayor victimización y trauma al ser transferidos a un tercer país", ha sentenciado.
Mullalli también ha expresado su preocupación debido a que cree que no hay "suficientes garantías contra los riesgos de trata o reincidencia de la trata para aquellos a quienes se les puede negar el asilo o ser trasladados arbitrariamente a otro estado de Ruanda".
En este sentido, se ha hecho eco de las preocupaciones del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados sobre las dificultades que surgen al revelar experiencias traumáticas, como la trata, en entrevistas de selección para solicitantes de asilo, que generalmente se realizan poco después de su llegada.
Por ello, Mullalli ha instado a los Estados a ampliar las vías para una migración segura, ordenada y regular sin discriminación, a fin de combatir la trata de personas, poniendo el ejemplo de medidas eficaces como los programas de reasentamiento, las medidas de reunificación familiar y la concesión de visas humanitarias.
"No debemos permitir que se abuse del objetivo de combatir la trata de personas, en un intento de socavar el derecho a buscar y disfrutar de asilo frente a la persecución, y el principio de no devolución", ha zanjado.
Downing Street ha justificado que el enfoque actual sobre migración le cuesta a Reino Unido 1.500 millones de libras esterlinas (1.700 millones de euros) cada año, con casi 5 millones de libras al día alojando a los solicitantes de asilo en hoteles.
Por su parte, la portavoz del Ejecutivo ruandés, Yolande Makolo, expuso ante la prensa que su Gobierno está ofreciendo a los migrantes que llegaron a territorio británico una "nueva vida". Así, explicó que se les brindará todo tipo de apoyo, incluido alojamiento, y que aunque Ruanda rechace su petición formal de asilo podrán solicitar la residencia legal.