Una facción escindida de los talibán paquistaníes reivindica la autoría
MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
Al menos 13 personas han muerto, entre ellas altos cargos policiales, en el atentado suicida que se ha producido este lunes en la ciudad paquistaní de Lahore, en el noreste del país, según el último balance ofrecido por las autoridades, que rebaja el anterior de 16 fallecidos.
La explosión se ha producido junto a la sede de la asamblea de la provincia de Punyab, de la que Lahore es la capital, muy cerca del lugar donde se estaba celebrando una protesta contra la modificación de la ley provincial sobre medicamentos y ha dejado también 85 heridos, según fuentes policiales.
Según los medios locales había cientos de personas cuando se ha registrado la deflagración, en la que han muerto al menos seis policías, entre ellos algunos oficiales. "El terrorista suicida ha llegado a pie", ha explicado el jefe del departamento antiterrorista de la Policía, Mohammad Iqbal.
El grupo terrorista Jamaat-ur-Ahrar, una escisión de los talibán paquistaníes que rompió con este grupo en 2014, ha reivindicado la autoría del ataque en una llamada a la agencia Reuters.
Esta organización, incluida el agosto en la lista de grupos terroristas de Estados Unidos, estuvo detrás de un atentado en un parque público de esta misma ciudad en abril de 2016 en el que murieron 70 personas, así como otro contra un hospital en Quetta en el que murieron también unas 70 personas, en su mayoría abogados.
De acuerdo con el diario 'Dawn', entre los fallecidos figura un alto cargo policial que había acudido al lugar de la protesta para intentar mediar con los manifestantes, principalmente químicos y farmacéuticos.
ALERTA POR ATENTADO
El pasado 7 de febrero, el departamento provincial de Interior así como la Policía de Punyab y la Autoridad Nacional Antiterrorista (NACTA) habían alertado de la posibilidad de atentados en Lahore. La NACTA había dado instrucciones de que se incrementara la vigilancia en todas las instalaciones vitales.
La ministra provincial de Justicia, Rana Sanaulá, ha asegurado que se habían adoptado medidas. "El lugar donde se ha producido la explosión está siempre bajo amenaza. Incluso si no hubiera alerta, siempre se adoptan estrictas medidas de seguridad en la zona", ha sostenido, según 'Dawn'.
El primer ministro, Nawaz Sharif, ha condenado el atentado y ha asegurado que no afectará a la lucha contra el terrorismo emprendida por el Gobierno. Por su parte, el jefe del Ejército, general Qamar Bajwa, también ha condenado el ataque y ha dado instrucciones para que se haga todo lo posible para detener a los responsables del mismo.
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