MADRID, 23 Oct. (EUROPA PRESS) -
El expresidente de Burundi Pierre Buyoya ha anunciado este viernes una apelación "ante tribunales nacionales e internacionales" contra su condena a cadena perpetua por su supuesto papel en el asesinato de su sucesor, Melchior Ndadaye, durante el intento de golpe de Estado de 1993 en el país africano.
"Rechazo firmemente el fallo del Tribunal Supremo en el juicio por el asesinato de Ndadaye, que es una violación del acuerdo de paz de Arusha y el derecho de todo ciudadano a un proceso justo. He decidido apelar ante los tribunales nacionales e internacionales competentes", ha señalado Buyoya a través de su cuenta en la red social Twitter.
Buyoya, quien en la actualidad es enviado de la Unión Africana (UA) para Malí y el Sahel, afirmó el miércoles en un comunicado que el veredicto llegó tras "un proceso puramente político" que tildó como "parodia de la justicia".
"Este proceso fue iniciado en el contexto de una crisis relativa al tercer mandato anticonstitucional del expresidente Pierre Nkurunziza, con el objetivo de lograr una gran movilización política y étnica de cara a las elecciones generales de 2020", argumentó.
Así, sostuvo que "al buscar eliminar a una de las partes firmantes, el Gobierno asume la gran responsabilidad de romper este pacto y llevar al país a la vía del odio, la división y la injusticia", dijo, antes de incidir en que el proceso ha violado también "el principio de prescripción y no retroactividad de la ley penal, ya que los hechos juzgados tuvieron lugar hace 27 años, mientras que la ley en vigor en la época limitaba los procesos a un periodo de 20 años".
Junto a Buyoya fueron condenados los exvicepresidentes Alphonse Marie Kadege y Bernard Busokoza, mientras que el antiguo primer ministro Antoine Nduwayo ha sido absuelto. La mayoría de los sentenciados en el juicio eran altos cargos del Ejército en el momento del asesinato de Ndadaye.
EL PARTIDO DE NDADAYE APLAUDE EL FALLO
Por su parte, el partido Sahwanya Frodebu, al que pertenecía Ndadaye, aplaudió el fallo. "Es una decisión de la Justicia que aplaudimos", dijo el presidente de la formación, Pierre Claver Nahimana, quien recordó que fue el partido el que presentó las demandas para la apertura del proceso, según ha informado el diario burundés 'Iwacu'.
Asimismo, el secretario general de la Unión para el Progreso Nacional (UPRONA), Olivier Nkurunziza, se mostró satisfecho con el fallo, si bien dijo que espera que la Justicia no se detenga tras el proceso de Ndadaye y se haga justicia a otros asesinados. "Los que asesinaron están en Burundi y circulan libremente", ha dicho.
Las autoridades burundesas emitieron en 2018 una orden de arresto internacional contra Buyoya, miembro de la comunidad tutsi y presidente entre 1987 y 1993 y posteriormente entre 1998 y 2003, tras ascender al poder en sendos golpes de Estado.
Buyoya fue sucedido en 1993 por Ndadaye, miembro de la comunidad hutu --mayoritaria en el país--, quien intentó impulsar un proceso de unidad nacional tras imponerse en las elecciones de ese año, cuando se convirtió en el primer mandatario electo en la historia del país.
EL GOLPE DE ESTADO
Sin embargo, apenas tres meses más tarde sufrió una asonada aparentemente provocada por sus esfuerzos de reforma en el seno del Ejército, dominado por los tutsis. Durante el golpe de Estado, fue capturado y asesinado a golpes de bayoneta por los alzados.
Los golpistas enterraron su cuerpo en una fosa común junto a los del presidente del Parlamento, Pontien Karibwami; el vicepresidente del Parlamento, Gilles Bimazubute; el jefe de los servicios de Inteligencia, Richard Ndikumwami; y el ministro del Interior, Juvénal Ndayikeza, si bien posteriormente lo exhumaron y lo entregaron a la familia.
El golpe, encabezado por el jefe del Ejército Jean Bukomagu y el expresidente Jean-Baptiste Bagaza, supuso la creación de una junta que días después entregó la Presidencia a la primera ministra, Sylvie Kinigi, quien se había refugiado en la Embajada francesa junto a otros altos cargos, debido a las presiones internacionales.
El fallido golpe de Estado y el asesinato de Ndadaye --del que se culpó posteriormente a Buyoya por sus presuntos actos entre bambalinas durante la asonada-- derivaron en un incremento de las tensiones étnicas que provocaron el estallido de una guerra civil que concluyó en 2005.
El fin de la guerra civil --que se saldó con cerca de 300.000 muertos-- llevó al poder a Nkurunziza, quien permaneció en el cargo hasta su repentina muerte en junio, en un momento en el que se preparaba para traspasar los poderes a su 'delfín', Évariste Ndayishimiye, vencedor de las elecciones celebradas semanas antes.