MADRID, 21 Jul. (EUROPA PRESS) -
El expresidente ecuatoriano Rafael Correa y su defensa estudian solicitar medidas cautelares a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por el proceso judicial en el que está acusado de haber autorizado el secuestro del político opositor Fernando Balda en 2012, según ha asegurado la parlamentaria Gabriela Rivadeneira.
"Todavía no hemos presentado el escrito, lo estamos valorando con el equipo jurídico defensor", ha dicho este viernes la parlamentaria afín al exmandatario, al tiempo que ha manifestado que "hasta el lunes" 23 de julio no tendrán una respuesta definitiva.
Este viernes, ha circulado en redes sociales un documento en el que Correa pedía protección "por la situación de extrema gravedad, urgencia y peligro de sufrir daños irreparables a sus derechos a las garantías constitucionales, a la libertad personal y a la libertad de circulación".
Desde el pasado 3 de julio pesa contra el exgobernante una orden de prisión por haber incumplido las medidas cautelares impuestas previamente por la justicia nacional, que consistían en presentarse cada 15 días ante las cortes ecuatorianas.
Entre otros argumentos que presentaría el exgobernante a la CIDH figura la aparente falta de independencia del fiscal general Paúl Pérez y de la jueza Daniella Camacho, que fue la que ordenó su captura.
En la red social Twitter, el exjefe de Estado ha anunciado que "dado que Ecuador está totalmente fuera del orden constitucional, así como el claro complot político-mediático-judicial en mi contra (...) iremos a instancias internacionales, y los culpables tendrán que responder por sus abusos".
Según testigos citados por la Fiscalía ecuatoriana, Correa autorizó el secuestro de Balda, que se refugiaba en ese momento en territorio colombiano después de que la Justicia de Ecuador emitiera contra él una orden de prisión por atentar contra la seguridad del Estado debido a denuncias que había formulado.
Balda había denunciado que desde el Gobierno de Correa se ejecutaban acciones de espionaje en contra de opositores y periodistas.
Pero para Correa, que desde hace más de un año reside en Bélgica, todo se trata de una persecución política y el caso de Balda le parece "ridículo".