MADRID 7 Oct. (EUROPA PRESS) -
El expresidente de Filipinas Rodrigo Duterte (2016-2022) regresa a la política tras formalizar este lunes su candidatura a la Alcadía de Dávao para las elecciones de mayo de 2025, forzando así a su hijo Sebastian a renunciar a sus aspiraciones de reelección y contentarse con presentarse como compañero de fórmula.
Duterte pone así fin a meses de especulación sobre su hipotética vuelta a la vida política del país tras un mandato como presidente marcado por su controvertida lucha contra las drogas, marcada por numerosas denuncias de abusos, informan medios filipinos.
Este lunes ha presentado ante la comisión electoral las credenciales necesarias para presentarse como candidato, un día antes de la fecha límite. En caso de salir vencedor se colocaría al frente de esta ciudad situada en el sur del archipiélago y la tercera más poblada de Filipinas hasta 2028, para cuando tendrá ya 82 años.
Su hijo Sebastian finalmente acudirá a las urnas como compañero de fórmula, después de que se especulara la posibilidad de que presentara su candidatura como senador en unas elecciones, además de locales, en las que se disputan también los 318 escaños de la Cámara de Representantes y doce de los 24 del Senado.
Dávao no es una plaza que le sea ajena a los Duterte, el patriarca del clan ya ejerció como alcalde y vicealcalde casi de manera ininterrumpida desde 1988, con varios de sus hijos en puestos de responsabilidad, hasta que en 2016 fue elegido presidente de Filipinas gracias al poder que consolidó en esta ciudad.
Muchos ven ahora un intento de los Duterte por recuperar el peso que ha ido perdiendo tras colapsar la alianza con los Marcos. En medio de los rumores de destitución de Sara Duterte como vicepresidenta de Filipinas, las elecciones de 2025 se presentan como batalla por la supervivencia del clan familiar.
La ruptura entre ambas familias se agudizó a principios de este año después de que se especulara que el presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr., favoreciera que el Tribunal Penal Internacional (TPI) y el propio Congreso de país investigara a Duterte por su polémico plan contra las drogas, que ha dejado unos 12.000 muertos.