Publicado: viernes, 22 abril 2016 17:58


BUDAPEST, 22 Abr. (Reuters/EP) -

Jobbik, el partido de extrema derecha húngaro, renovará sus altos cargos en un intento de presentarse como una alternativa creíble a Fidesz, el partido de centro derecha actualmente en el Gobierno, y al primer ministro Viktor Orban en las elecciones de 2018. Así lo ha asegurado este viernes Gabor Vona, el líder del partido.

Esto conllevará la expulsión de seis vicepresidentes de la ejecutiva en un congreso que se celebrará en mes y medio. Vona ha declarado en una rueda de prensa que podrá vetar las candidaturas de los altos cargos durante el congreso.

Tras las elecciones de 2014, Jobbik se consolidó como el partido más fuerte de la oposición y gradualmente se ha ido reubicando en el centro, abandonando sus inicios extremistas de matices antisemitas y xenófobos.

"Tenemos nuevas metas para los próximos dos años, éstas son llegar al poder y gobernar", ha asegurado Vona. "Nos gustaría tener un liderazgo capaz de ello. Me gustaría incluir en nuestras listas a algunos de los alcaldes de Jobbik, que son gente que tienen experiencia liderando", ha añadido. La decisión ha causado mucho revuelo en el seno del partido y se ha encontrado con el descontento de la base más radical de Jobbik.

Elod Novak, uno de los altos cargos que será expulsado, ha mostrado su sorpresa y ha indicado que probablemente también tendría que abandonar el Parlamento. "Dejaremos de ser los herederos de Atila el Huno si convertirse en un partido del pueblo significa adoptar un tradicionalismo políticamente correcto y cuidadoso" ha afirmado Novak. También ha declarado que se convertirán en unos siervos del dinero como cualquier otro partido político desde 1989.

El analista político Peter Kerko ha declarado que la maniobra de Vona es arriesgada pero que tiene potencial, aunque podría costarle la unidad del partido. También ha apuntado que parece que Vona está desarmando a sus oponentes, en vez de llevando a cabo un cambio ideológico real. Así lo ha reflejado el hecho de que mantuviera en su puesto a Tamas Sneider, un líder skinhead.

"Esto tiene más que ver con la publicidad y con eliminar a su oposición que una depuración ideológica. Vona se está arriesgando: puede salir bien parado y convertirse en una amenaza más seria para Fidesz de cara a 2018, o puede arruinar el partido el proceso", ha opinado Kerko.

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